sangre de mayo

   Desde hace ya bastantes años a los cinéfilos asistir a la proyección de un filme de Garci produce escalofríos: historias que no interesan (anticuadas), ritmo más que lento, etcétera. Y su último filme sobre los hechos de los comienzos de la guerra de la Independencia, "Sangre de mayo", no hace sino aumentar esos defectos. Que no me venga Garci con que ha adaptado dos Episodios Nacionales de Galdós (en concreto el segundo y el tercero, "La corte de Carlos IV" y "Del 17 de marzo al 2 de mayo"), porque lo único que ha hecho es apropiarse de nombre del protagonista (que, como saben todos los que conocen la obra de Galdós, no acaba como en el filme) y llevar la película hasta su terreno, que se podría llamar cine adormidera (por el sopor que provoca; al filme le sobran un montón de minutos de parloteo y personajes intranscendentes). Y cuando se debería animar en las escenas de acción del motín de Aranjuez y del 2 de mayo, es cuando Garci se muestra más inepto: escenas mal resueltas, demasiado cortas y con muy pocos extras para hacer creible la tragedia del pueblo madrileño (y peor montadas por el mismo Garci; Eisenstein se debe estar revolviendo en su tumba, y también John Ford por nombrarlo Garci como maestro). Lo único que se salva es el buen trabajo de Quim Gutiérrez.