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carlosmartinez

los años desnudos

    Pasando a comentar los filmes estrenados esta semana, marcada por una discreta calidad, antes de empezar haré una aclaración: me niego a ver y comentar "High school musical 3", cuyo lugar lógico de emisión es la televisión (las dos primeras partes son telefilmes) y cuyo estreno en cine sólo se explica por la necesidad de sacar más pasta.

   Empezaré por comentar la plúmbea "Los años desnudos", no por su calidad, sino por hacer un breve comentario sobre el cine "S" de la transición al cual entre homenajea y critica. Un fenómeno que se sacaron de la manga gente como Jesús Franco e Ignacio F. Iquino (hombre de curiosa trayectoria: empezó haciendo el filme religioso "El Judas" y acabó haciendo "La caliente niña Julieta"; con tal de ganar dinero se apuntó siempre al género que estaba de moda, fuese spaguetti western o erótico, siempre con resultados nefastos) aprovechando la mayor persimividad que trajo la desaparición de la censura antes de la llegada del cine "X", y aprovechando el rebufo que provocó la nefasta "Emmannuellle" y sus posteriores secuelas. Cine supuestamente progre pero carca hasta las cejas que produce vergüenza ajena. Y el problema de este tipo de cine es primero, que echó de las salas durante una buena temporada a propuestas más interesantes; y segundo que estigmatizó por un tiempo a películas mucho más interesantes que también fueron clasificadas "S", como "La gran comilona" , el primer "Mad Max" o varias de las mejores películas de Eloy de la Iglesia como "El sacerdote" o "El diputado" (curiosamente, también la primera entrega de "Viernes 13").

   Pasando a comentar "Los años desnudos", el filme de Felix Sabroso y Dunia Ayuso tiene un serio problema de concepción: que se toma demasiado en serio. Lo que podría haber sido una crítica sarcástica con ciertos tonos dramáticos (un buen ejemplo sería la escena en que las actrices recitan números porque saben que las van a doblar) acaba convirtiéndose en un tremebundo y algo exagerado melodrama en el que los buenos actores se defienden (Candela Peña y Antonio de la Torre), los menos  buenos hacen lo que pueden con los esteoripados personajes que le han correspondido (Goya Toledo) y los malos naufragan casi del todo (Mar Flores). De manera que lo que intentó ser un "Boogie nights" a la española (la influencia es evidente) se queda a menos de medio camino por la ineficacia de directores y guionistas. El filme es bastante flojito.

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