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carlosmartinez

la vida ante sus ojos

   Creo que lo he dicho en alguna ocasión y lo vuelvo a repetir ante el estreno del filme "La vida ante sus ojos", segundo filme de un director que hace unos años sorprendió agradablemente con un buen melodrama llamado "Casa de arena y niebla". Si ya en cualquier filme se ha de ser muy cuidadoso con el guión, se ha de ser más preciso con el que tiene un final sorpresa, pues corres el peligro de que se note demasiado antes de tiempo, aún a riesgo de que te llamen tramposo (cosa que le pasó a gente como a Agatha Crhistie en sus dos obras maestras literarias, "Diez negritos" y "El asesinato de Roger Acroyd"; no  me busquéis entre sus detractores: prefiero un buen final con algo de trampa a uno previsible). El caso del filme estrenado esta semana es un buen ejemplo del mal uso: es tan tópico el final (recuerda a uno de los primeros filmes como protagonista de Tim Robbins; no diré cúal, pero daré como pista que salía Macaulay Culkin) que uno se lo ve venir de lejos, a pesar de la enrevesada manera de contar el filme. El filme es pasable y está bien interpretado, pero la parte final le hace bastante daño. Perdón por no dar más detalles, pero una crítica más detallada me obligaría a hacer un spoiler que no deseo.

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