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carlosmartinez

toy story 3

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Estaremos en julio, pero ésto parece el Cuento de Navidad de Dickens: tenemos últimamente al fantasma de las navidades pasadas (Fidel Castro, al que no echábamos precisamente de menos, y que se empeña en dar la vara con la guerra fría) y al fantasma de las Navidades presentes (Chávez, que, amén de pelearse con sus vecinos, se empeña en desenterrar muertos como Simón Bolívar; si eso no es una fantasmada...). Espero que no aparezca por ahí el fantasma de las navidades futuras, aunque me entran ganas de llamar a Bill Murray, Dan Aykroyd y compañía ("Los cazafantasmas", por si hay algún despistado).

   Y pasemos a los filmes vistos estos días. Curiosamente, los dos primeros tienen una coincidencia extraña, aunque no casual (la comentaré en el segundo filme). Por ser el nuevo filme de Píxar, había mucha esperanza en la nueva entrega de "Toy story", pero a la vez una cierta inquietud, ya que al tratarse de una tercera parte podían haber perdido el alto nivel de calidad que les caracteriza. La inquietud ha desaparecido. Esta tercera entrega es un prodigio a la altura de las anteriores películas, si es que no las supera. Pixar sigue estando a años luz de sus competidoras en cuanto a técnica de animación, pero es que además se suele rodear de los mejores guionistas aunque no provengan del campo de la animación (en este caso el ganador de un Óscar por "Pequeña Miss  Sunshine"). Lo que no podía esperar uno es que hiciesen su particular versión de "1984" y de otras distopías por el estilo (tienen hasta un gran hermano que todo lo ve que es un espléndido gag). La guardería a la que van a parar por accidente los juguetes  (y los juguetes y niños que la habitan) está mucho más cerca de lo que parece en pesimismo y truculencia a fábulas futuristas como la de Orwell (aunque haya un homenaje a "La gran evasión", me parece que no va por ahí la cosa), con juguetes a los que les ciega el odio, con otros juguetes a lo que lo único que les importa es el fondo de armario y con unos niños que parecen una peligrosa banda de hooligans. Y cuando el filme se convierte en su parte final en una aterradora montaña rusa al más puro estilo Indiana Jones, el filme crece mucho. El final le puede parecer un poco blando a alguna persona, pero al fin y al cabo esto es una película para niños. En el cine actual, donde se dice que faltan ideas, parece que a Pixar no se le agotan aunque haga secuelas. Una nueva obra maestra del estudio (y van...)

  Y por favor, si véis el filme en cine, llegad pronto, porque le precede otro prodigio de Pixar: el corto "Día y noche" es una original maravilla de cinco minutos que es muchísimo mejor que casi todo el resto de la cartelera. Otra buena muestra de que a veces las obras maestras no sólo están en los largometrajes (¿por qué se empeña buena parte de la crítica en menospreciarlos y hablar de óperas primas de directores cuando se pasan al largo, si a veces son mejores sus cortos que el resto de su carrera?)

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