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carlosmartinez

conan el bárbaro (versión 2011)

   Más que un remake, hay que considerar el nuevo filme de Conan como un reboot o como una aventura independiente de las que hizo Arnold Scwarzenegger en los años 80. A pesar de contar su infancia y orígenes, no tiene absolutamente nada que ver con lo que contaba el filme de John Millius de 1982, el niño es mucho más agresivo que Jorge Sanz, el desarrollo de la historia es otro y los malos son diferentes.

   El filme entretiene si no se es muy exigente, pero no acaba de ser convincente. A pesar de contar con un presupuesto relativamente alto, no esconde su voluntad de serie B (cuenta con dos productores europeos que ya hicieron algo parecido en un anterior filme del mismo autor de Conan, Solomon Kane), ayudado por una productora, Millenium, que suele ahorrar dólares rodando en países del este de Europa, principalmente Bulgaria. El resultado es un poco cutre, los efectos especiales son tirando a discretos, y en la historia no se han calentado demasiado la cabeza. Tampoco ayuda su actor protagonista, aunque hay un detalle que hace que no me quede claro si es un error de cásting o un planteamiento o dirección equivocados. Jason Momma resulta demasiado blandito para ser Conan, lo que resulta extraño es que en la serie Juego de tronos sí que resultaba mucho más amenazador y salvaje que en este filme. Lo mejor del filme es su vocación de respeto al origen pulp y sus dos malvados, el casi siempre estupendo Stephen Lang y una Rose Mcgowan (habitual del cine de Robert Rodríguez) a la que extrañamente algún crítico confunde con Rose Byrne, tienen muy poco en común como para explicar la confusión. Dirige con la discreción-mediocridad que le son habituales el alemán Marcus Nispel, especialista en remakes. El filme no pasa del aprobado raspadito, tengo mis dudas de que vaya a funcionar. Olvidaba, alguien se olvidó poner el ya clásico final de las aventuras de Conan (donde explicaba en cuatro frases lo que le iba a pasar), pero eso es otra historia.

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