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carlosmartinez

la chispa de la vida

   Álex de la Iglesia es uno de mis directores de cine actuales favoritos, mezcla como nadie el cine de género más salvaje con el esperpento español heredero de Azcona y Berlanga. Eso sí, también es muy irregular, y da muestras de ello en la muy fallida película que estrena esta semana, La chispa de la vida.

   Por mucho que diga que trataba de temas personales, el filme da toda la impresión de ser un encargo, y de la Iglesia no ha sabido llevarlo bien a puerto. Le falta el sentido del humor negro que caracteriza a casi toda su obra (hasta su filme más "serio" y aparentemente alejado de él que es Los crímenes de Oxford lo tiene, especialmente en la resolución del enigma), tenía un material interesante en la línea de El gran carnaval (por momentos el guión del americano Randy Feldman parece un remake del filme de Billy Wilder) y lo malgasta en un desarrollo previsible (el final está cantado desde el momento del accidente) y aburrido. José Mota está convincente en su primer papel no cómico, mejor en los primeros minutos del filme (la escena de la oficina es lo mejor del filme) que cuando estalla el drama, y Salma Hayek no me convence en ningún momento como sufrida esposa del protagonista, su papel es demasiado esquemático y no está demasiado bien desarrollado en el guión. El filme no es un desastre, lo sostiene Mota y el estupendo grupo de secundarios del filme, pero está lejos de las grandes obras de de la Iglesia, le sobran buenos sentimientos y mensaje y le falta mala leche y sentido del humor.

   Por último, y ya que tiene un pequeño cameo en el filme interpretándose a si misma, no querría pasar la oportunidad de desearle a la periodista Concha García Campoy una feliz recuperación de su leucemia. 

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