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carlosmartinez

Cosmopolis

Si hablaba antes de las delirantes decisiones publicitarias de algunas distribuidoras por lo del trailer de James Bond, ahora tengo que referirme a los estrenos. Que alguien me explique cómo tres distribuidoras diferentes deciden estrenar tres títulos protagonizados por el actor Robert Pattinson en cuestión de poco más de un mes porque no entiendo la sobresaturación, más teniendo en cuenta que solo la última entrega de Crepúsculo llega en su debido tiempo, Bel ami se presentó en el pasado Festival de Berlín (y ya llevaba un retraso de casi dos años) y Cosmópolis se presentó en Cannes (esta sí que la entiendo: los culpables seguramente son los responsables de poner casi todos los festivales de cine españoles en otoño, más de uno debía querer tener el filme de Cronenberg, a ver si alguien de una maldita vez toma cartas en el asunto y los reparte más en el tiempo, incluso alguno se beneficiaría de cara al público con algún estreno veraniego si los hiciesen en primavera o principios del verano). Si a eso añadimos que a muchos Pattinson nos cae como una patada en nuestras partes íntimas, creo que la saturación es todavía peor.

Con todo, he de reconocer que Pattinson por lo menos ha intentado arriesgarse trabajando con el maestro David Cronenberg en  Cosmópolis, una de las películas más extrañas y retorcidas del director canadiense. No es muy normal que desarrolle casi toda la película en el interior de una limusina que conduce a un tiburón de las finanzas a que le corte el pelo un peluquero, la película es puro Cronenberg, llena de personajes extraños y situaciones inquietantes (esa rata parece prima cercana de los insectos de El almuerzo desnudo), aunque he de considerarla una obra menor en la filmografía del maestro, resulta demasiado abstracta, demasiado dialogada (el silencio a veces puede ser oro), demasiado estrafalaria en algunas situaciones y demasiado sometida a la tiranía y estrechez de un escenario casi único, pero tiene la mirada del que es probablemente el director más inquietante y perturbador del cine actual con permiso de David Lynch. Y logra lo que hasta el momento parecía un milagro, no una magistral interpretación ni mucho menos pero sí un buen trabajo por parte de Pattinson, que deja de ser el ídolo de fans para convertirse en un aceptable actor, aunque el filme va a descolocar a más de uno, es muy raro.

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