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carlosmartinez

Phenomena: Quien engañó a Roger Rabbit + En busca del arca perdida

Este viernes Phenomena proyecta en programa doble dos grandes taquillazos de los años 80. En ambos participa Steven Spielberg, y ambos en su género son títulos claves en la historia del reciente cine estadounidense:

Quién engañó a Roger Rabbit:

Cuando Steven Spielberg decide producir Quién engañó a Roger Rabbit (sin interrogante, los responsables eran supersticiosos, pensaban que el interrogante en un título traía mala suerte a la taquilla), el cine de animación estadounidense atravesaba el peor momento de su historia. Disney estaba decidida a dejar de producir largometrajes porque no funcionabam en taquilla, Don Bluth se forraba con ñoños filmes de animación muy inferiores al estudio de animación del ratón donde creció como director, los cartoons de Warner era cosa del pasado y pasto de revisiones en televisión, y algunas promesas como Tim Burton se habían pasado al cine de imagen real. Se intuía un cambio con promesas incipientes como John Musker y Ron Clements (a mí Basil, el ratón superdetective ya me parece un filme notable, aunque pinchase en taquilla relativamente), un animador llamado Matt Groening que comenzaba a sacar una familia en la televisión llamada Los Simpson y un pequeño estudio de animación procedente de Lucasfilms llamado Pixar y comandado por Steve Jobs y John Lasseter comenzaba a hacer revolucionarios cortos con ordenador, pero faltaba una película que llamase la atención del público y que devolviese la fe a los estudios. Ese fue Roger Rabbit, y con el empieza la nueva edad de oro mucho más que con La sirenita como muchos han dicho y que es un año posterior.

Quién engañó a Roger Rabbit es una perfecta mezcla de varias cosas, del estilo cartoonesco que tiene todo el cine de su director Robert Zemeckis anterior a Forrest Gump, de la imagen real combinada con la animada y de la experiencia de Disney en el terreno clásico combinada con las nuevas tecnologías que empiezan a aflorar en la animación durante los 80. También por supuesto es un homenaje al cine de animación clásico, están la mayoría de iconos del mismo, Mickey Mouse, Donald, Bugs Bunny, El Correcaminos, El Coyote, Porky (como es de preveer, el filme acaba con él y su famosa frase That’s all folks, Eso es todo amigos en castellano)... y añade tres personajes nuevos como protagonistas. Uno discutible, Roger Rabbit, quizás lo más irritante de la película aunque no tanto como para hundirla y por momentos también muy tierno, y dos que ya forman parte de la historia de la animación, un "adorable y encantador" bebé llamado Baby Herrman que se transforma a lo Hulk cuando se acaba de rodar convirtiéndose en un deslenguado, un obseso sexual (hasta donde permite Disney, que esto no es el gato Fritz) y un adicto a los puros y a la bebida y que hace que  el inicio del filme sea memorable, y una bomba sexual, Jessica, la mujer de Roger enamorada de él porque le hace reir, que no es mala (solo la han pintado así, grandísima frase) y que es una combinación de grandes símbolos eróticos del cine clásico. Y en la parte real, dos grandes actores convertidos en cartoons, un Bob Hoskins en el papel más divertido y famoso de su carrera (actualmente retirado por sus problemas con el Parkinson) y un Christopher LLoyd completamente desmelenado como inquietante juez Doom con unos cuantos terribles secretos en su pasado (los guionistas querían que fuese el asesino de la madre de Bambi, pero el equipo lo consideró un poco fuerte). El resultado del filme: una frenética gamberrada con escenas divertidísimas y la mejor película de su director junto al primer Regreso al futuro, aunque algunos le echaron en cara algunos anacronismos en el sentido de poner dibujos y situaciones posteriores a la época en que se desarrolla (1947), cosa que no entiendo porque creo que no se le puede pedir tanta verosimilitud a un filme fantástico y menos si es de animación. Para mí una obra maestra y una película clave en la historia de la animación.

En busca del arca perdida:

Dicen que En busca del arca perdida surge de una conversación entre Steven Spielberg y George Lucas en el rodaje de Encuentros en la tercera fase en el que Spielberg le habla de que está pensando en rodar una película de James Bond y Lucas le habla de un viejo proyecto mejor, la historia de un aventurero arqueólogo llamado Indiana Jones enfrentado a los nazis en 1936 por la búsqueda del Arca del alianza, donde los judíos guardaban los diez mandamientos. El hecho es que En busca del arca perdida se rueda en un momento complicado para Spielberg, ha tenido un rotundo fracaso comercial con 1941 y se duda algo de su valía. Tampoco ayuda que la mayoría de estudios encuentren que el nuevo filme no parezca ser de un tema muy taquillero a priori y siendo de época y con efectos especiales una película bastante cara. Finalmente, Paramount acepta producir la película.

Y comienza el primer escollo, encontrar al protagonista. Spielberg quiere a Harrison Ford tras su aparición estelar en La guerra de las galaxias, pero Lucas no acaba de verlo como protagonista de sus dos películas estrella, quiere a alguien más desconocido, pensando en nombres como el hoy olvidado Tim Matheson, Peter Coyote y principalmente la opción prioritaria de Lucas, un Tom Selleck estrella de la televisión entonces con la serie Magnum, que finalmente no puede hacerla por que los responsables de la serie no le dejan, es estonces cuando se deciden por Ford. No es que tenga nada contra Selleck, pero creo que no lo hubiese hecho tan bien, especialmente pensando en su posterior papel en La gran ruta hacia China, bastante decente copia de En busca, pero que mostraba que no tenía el nivel suficiente para hacer de Indiana Jones.

A pesar de un rodaje relativamente tormentoso (con disentería de buena parte del equipo en el rodaje de un Túnez que simulaba ser Egipto) pero rápido y con un presupuesto más ajustado del que temían los ejecutivos de los estudios, el filme se estrena en USA en el verano de 1981 y es un bombazo. No era para menos. Spielberg había tomado la idea de rapidez de los seriales de los años 30 y 40 para hacer una película muy moderna a pesar de su clasicismo, tan moderna que muchos la consideran una precursora del lenguaje visual y narrativo de los actuales videojuegos. Aparte de los seriales, tenía como influencia más clara las aventuras de Alan Quatermain llevadas al cine en Las minas del Rey Salomón y un curioso filme de aventuras de los 50 protagonizado por Charlton Heston titulado El secreto de los incas. El resultado: una espectacular montaña rusa de aventuras a todo trapo; desde su comienzo en una cueva amazónica con ídolo protegido por todo tipo de trampas (la más famosa, la de la roca) hasta la impresionante apertura en el final del filme del arca perdida, cuyo terrible secreto en su interior (aunque no explicado en la película, parece conocido por Ford en el guión inicial en una escena eliminada en el montaje, la prueba es que en ningún momento intenta tocarla con las manos) seguramente nos produjo en su momento más de alguna pesadilla a los que la vimos en el momento de su estreno), pasando por la memorables escenas en en Egipto, el filme apenas da tregua y siempre se ve en un suspiro, con un excelente guión del casi debutante Lawrence Kasdan (llamado a última hora por Lucas en El imperio contraataca, tras el fallecimiento de la guionista habitual Leight Brackett) y una banda sonora genial del maestro John Williams. El filme sería el comienzo definitivo de Ford como estrella, aunque el resto del reparto comenzaría a sufrir lo que denomino maldición de Jones, no sé por qué, pero muchos de los actores descubiertos en las aventuras de Indiana Jones no han tenido una carrera recordable fuera de la saga, a excepción de dos: el excelente John Rhys-Davies (irreconocible posteriormente como enano en la trilogía de Peter Jackson de El señor de los anillos) y un debutante jovencísimo de origen español llamado Alfred Molina que protagoniza con Jones el prólogo en la cueva amazónica y que después se convertiría en un extraordinario actor de carácter. Y eso que Paul Freeman, Ronald Lacey (el más inolvidable, como sádico oficial de la Gestapo) y Karen Allen están francamente bien en la película.

Para acabar, gazapos y anécdotas. Sabido es que la escena del espadachín eliminado de un solo disparo de Ford fue debido a que se encontraba mal y pidió que la escena (mucho más larga en el guión) se recortara, convirtiendo la "indisposición" en un gag memorable. También que el actor forzudo que se enfrenta a Jones en el avión a punto de despegar era un conocido especialista con el que Ford se volvería a dar de hostias en la secuela (vestido con turbante para que no fuese reconocible). No tan conocido, que Lucas se "autohomenajeaba" poniendo a C3PO y R2D2 en un jeroglífico que hace compañía al Arca de la Alianza, broma habitual entre los dos, puesto que en La amenaza fantasma podemos a ver a unos cuantos ET entre los miembros del senado galáctico. Y dos gazapos: uno claro, un puente de San Francisco enterito y totalmente construido cuando todavía no se había acabado en el año en que transcurre la película, y un muerto nazi de más inexplicable en la salida del pozo de almas, la razón, que la escena donde moría se quedó en la sala de montaje. Tras su estreno y el de ET, ya nadie volvió a dudar de Spielberg aunque de vez en cuando tropiece en taquilla, era el director estrella de Hollywood por excelencia hasta nuestros días. Indiana Jones volvería en tres películas más, la segunda y la tercera también estupendas, y aunque muchos odian la cuarta de 2008, a mí también me divierte aunque esté por debajo de las primeras. Le saldrían imitadores por doquier, alguno más que bueno (Tras el corazón verde), alguno pasable (la antes mencionada La gran ruta hacia China), mucho mediocre (la versión de Cannon Group de Las minas del Rey Salomón no hay por donde pillarla, por mucho que adore a Sharon Stone) y unos cuantos plagios infames dirigidos en Italia y España por gente como Antonio Margueritti-Anthony M. Dawson (Los aventureros del tesoro perdido) o protagonizados por nuestra bióloga "favorita", Ana Obregón (El tesoro de las cuatro coronas). Para mí, además de un estupendo filme de aventuras, En busca del arca perdida es seguramente una de las películas de mi vida, tanto que creo que es la que más veces he visto, hace tiempo que he perdido la cuenta del número de ocasiones.

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