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carlosmartinez

Jobs

Quería parecerse a La red social y les salió un zurullo como una casa. Más que un biopic, Jobs es lo que la iglesia católica llama una hagiografía, un compendio de las bondades de San Steve Jobs del Inmaculado Apple, convertido por incopetencia del personal casi en un publireportaje de la marca de la manzana y con las aristas del personaje bien limaditas para que se vea lo bueno que era, aunque alguna se le escape de vez en cuando. Encima, al contar solo una parte de su historia, el tono santificador se acentúa al contar la tópica historia de ascenso, caída y redención, y curiosamente ni una mención a Pixar (que no debía pagar o formar parte de la producción del filme), la otra revolución que puso en marcha Jobs. Un tostón del que solo se salva la breve presencia de James Woods (casi un cameo) y una Lesley Ann Warren a la que le teniamos perdida la pista hace tiempo.

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