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carlosmartinez

Phenomena: Lifeforce + Invasión USA

Este viernes, Phenomena inicia un miniciclo de dos sesiones dedicado a Cannon Group, productora que en los años 80 tuvo una gran popularidad gracias a sus filmes de acción de bajo-medio presupuesto protagonizados entre otros por Chuck Norris, Charles Bronson o Jean-Claude van Damme, en general denostadas por la crítica, pero con gran cantidad de seguidores y con gran éxito en los videoclubs de la época.

Aunque me gustaría hacer un par de puntualizaciones antes de hablar sobre las dos películas que forman el primer programa doble. La primera, que aunque el periodo más conocido de la productora es el que abarca de 1979 a 1989, cuando la controlan el director, productor y distribuidor israelí Menahem Golam y su primo Yoram Globus, Cannon tiene su origen antes, en 1967 en una pequeña productora que fue comprada por Golam en 1979. No he tenido oportunidad de ver ninguno de los filmes de esa época, aunque algunos dicen que son interesantes. Más tarde de 1989, con la marcha de los dos primos, la productora empieza a perder peso hasta su desaparición en 1993.

Segundo, que si bien el grueso de las producciones de Cannon pertenece al cine de acción que les dio fama, Golam era un cineasta respetado en Hollywood por sus películas israelies, dos de ellas fueron nominadas al Oscar antes del periodo de Cannon. Y aunque era conocido por ser un productor sumamente tacaño (dos de las películas del ciclo se resienten de ello) y que le podía conseguir dinero con sus películas al precio que fuese, dentro del catálogo de Cannon hay una serie de rarezas dirigidas por grandes directores: Tobe Hooper, John Cassavettes, Franco Zeffirelli, Jean-Luc Godard, Barbet Schroeder o Andrei Konchalovski; además son ganadores de un Oscar por la producción y distribución del filme holandés El asalto. Como me diría mi Pepito Grillo particular llamado Sacerdote, conviene no tomarse a la ligera a algunos cineastas, además con el tiempo le he cogido cariño a Cannon, aunque unos cuantos de sus filmes son perlas del cine más trash.

El ciclo empieza con un programa doble formado por una de sus mejores películas y uno de los filmes más delirantes que produjeron:

Lifeforce:

 

No conozco la novela de Colin Wilson en que se basa el filme, Los vampiros del espacio, aunque sé que se tomaron tantas licencias que Wilson dijo pestes del filme. Pero es imposible pensar que un filme que tiene a Tobe Hooper como director, a Dan O’Bannon como guionista, a John Dykstra como responsable de efectos especiales y a Henry Mancini como músico pueda salir mal, aunque Golam metiese mano en reducir el presupuesto previsto y recortase la duración del filme en aproximadamente un cuarto de hora para USA por su contenido erótico. No salió mal ni mucho menos, de hecho es mi filme favorito de los tres que hizo Hooper para Cannon (los otros dos son el remake de Invasores de Marte y La matanza de Texas), un filme de vocacion espectacular aunque claro origen de serie B sobre una amenaza extraterrestre escondida en el Cometa Haley (en la novela era en un asteroide, pero el astuto Golam decidió cambiarla, ya que al año siguiente le tocaba pasar al cometa por la Tierra) y que roba a los humanos que caen en su poder la fuerza vital a la que da mención el título. Fue el descubrimiento de una bellísima actriz francesa llamada Mathilda May, y fue también una de las últimas bandas sonoras del genial Henry Mancini, si bien tras hacer el nuevo montaje Golam se incluyeron algunas composiciones de Michael Kamen. No obtuvo en taquilla el éxito que esperaba Cannon, pero para mí es una de las mejores películas de género que hicieron (no incluyo las de cine de autor).

Invasión USA:

Mientras Mijail Gorbachov entraba en el Kremlin para dar inicio a la Perestroika y acabar con la guerra fría, a Golam y a Globus no se les ocurre otra cosa que producir este delirio escrito por su estrella Chuck Norris (venía de hacer su mayor éxito para Cannon el año anterior, Desaparecido en combate, que se anticipaba a la temática que pondría de moda Rambo II) y su hermano Aaron. Ahí es nada, rusos y cubanos metidos en USA como terroristas para destruir la nación, argumento que poco antes ya había utilizado más en "serio" John Milius en Amanecer rojo (el mayor disparate para mí del gran director y guionista, y muy fascista según palabras suyas), pero que en manos de los dos Norris y de Cannon alcanzó niveles de cine trash como pocas veces se ha visto en una pantalla de cine. Por supuesto, el impertérrito Chuck les dará de hostias y balazos a los malos malosos hasta que se canse el personal que va a ver la película, aunque tiene un buen villano en el actor de serie B Richard Lynch. Como película seria, deja bastante que desear, los críticos sesudos mejor abstenerse, como comedia no tiene desperdicio, se puede considerar incluso como uno de los mayores "logros" de Chuck. Buen ejemplo de cómo se las gastaban Golam y Globus en su buena época, todo valía por la pasta.

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