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carlosmartinez

El Hobbit: la desolación de Smaug

Me temo que por las primeras reacciones en Internet vamos a tener con el segundo acto de El hobbit (se pongan como se pongan los puristas y los críticos, esto es una sola película en tres partes, al igual que El señor de los anillos, no son tres películas que se pueden juzgar independientemente) el mismo conflicto que con el primer acto: que si es una traición a Tolkien (las licencias son notorias, especialmente en los elfos y en la aparición de la fortaleza de Dol Gurdul, que en el libro original no estaba, creo, solo en los apéndices añadidos posteriormente, que si es demasiado infantil, que cómo se les ha ocurrido hacer tres películas a partir de un libro de 200 páginas, que si Orlando Bloom es un actor pésimo (esto lo suscribo)...

Pues bien, yo tengo que hablar desde el punto de vista cinematográfico, olvidarme de los puristas, de los críticos, de la síntesis, de la elipsis y del libro de Tolkien. Esto es un espectáculo de primera. Aparte de un cameo hitchcokniano, la aparición en la primera imagen de Jackson es casi una declaración de principios, como si el director nos invitase a entrar en una gran montaña rusa de aventuras. Filma con gran maestreza las escenas de acción de las arañas, la huida en el río y el climax en Erebor (a quien le parezca alargado y con multitud de licencias respecto a Tolkien, yo simplemente le digo que a un icono como Smaug no se le puede despachar en cinco-diez minutos como algunos pretenden, su presencia es demasiado poderosa y aterradora como para no aprovecharla), sigue acentuando la tristeza en el personaje del jefe de los enanos (sin entrar en  spoilers para el tercer acto, no es nada casual) y tiene un gran cuidado en el diseño de las escenas, de gran fuerza la ciudad del lago y especialmente la terrorífica fortaleza de Dol Gurdul, donde se esconde el Nigromante, personaje que aunque no se conozca esta escena uno ya se imagina quién es y cuya revelación de su personalida me gusta mucho. Y el filme tiene estupendas interpretaciones de Martin Freeman, Ian Mackellen y un casi irreconocible Stephen Fry, aunque Bloom y Evangeline Lily no están a la altura.

Y queda un final abierto, ojo puede sonar a spoiler. Los que conocemos el libro nos sorprende un corte final tan brusco cuando el conflicto con Smaug está a punto de concluir, pero hay un detalle que me hace pensar en una nueva licencia de Jackson respecto al libro, el Bardo no puede estar donde tiene que estar en ese momento, y Gandalf da la impresión de que tardará bastante en aparecer, me da la impresión de que Smaug va a estar en el filme más tiempo que en la novela, ya veremos. Nos queda la Batalla de los Cinco Reinos y sus consecuencias, de momento la trilogía me está gustando mucho más que a otras personas, veremos si sigue a la altura el tercer acto.

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