Lucy

Conforme avanza la carrera de Luc Besson sorprende cada vez más que hiciese dos buenas películas como Kamikaze 1999 y Leon el profesional. Cuando se empeña en imitar a los americanos como director o productor es para echarse a temblar, aunque a algunos les de gato por liebre, sus productos son peores en calidad y medios que los americanos, y ya es decir. Pero es peor cuando se pone filosófico o demuestra tener ínfulas.

Y en el caso de Lucy mezcla las dos cosas, acción y pseudofilosofía, y le sale uno de sus mayores churros. El homenaje a 2001 con que arranca con la otra Lucy ya es para echarse a temblar, y la cháchara de Morgan Freeman sobre que usamos el 10 % de nuestra mente  y qué podría pasar si utilizásemos el 100 % también (y no es cuestión de ser una falacia como han dicho algunos críticos, porque el cine fantástico admite siempre planteamientos no realistas y carentes de toda lógica, es cuestión de que la forma en que lo cuenta sea indigesta y pedante).Y si uno se pone a temblar en los primeros minutos normalmente pasa que lo que viene será todavía peor. La parte de acción es vistosa si no se es exigente y Scarlett Johanson está muy bella aunque poco puede hacer con lo que le ha caido encima, pero la media hora final es como para echarse a temblar, Besson intenta imitar la filosofía de 2001 (el encuentro entre las dos Lucys es de juzgado de guardia), El árbol de la vida y lo peor de Matrix, y el resultado es un monumental engendro delirante. Muy mala, de lo peor del verano y probablemente del año.