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carlosmartinez

editorial/ mapa de los sonidos de Tokio

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Observo con estupor de un tiempo a esta parte de que, ante la cada vez mayor pobreza del lenguaje coloquial, algunas personas claman porque se revise la gramática (tanto catalana como de otras lenguas) o que se utilize un lenguaje más de la calle en el lenguaje. Evidentemente no estoy de acuerdo con el tema (y lo de los mensajes de texto es el colmo: casi necesitas un experto en jeroglíficos para descifrar algunos) y no había metido baza en el asunto, pero lo que me pasó ayer en una tienda de Media Markt fue la gota que colmó el vaso y el mayor atentado contra la lengua que recuerdo. Algún analfabeto (no lo puedo calificar de otra manera) no dudó en promocionar la saga "A todo gas" en DVD con el nombre de "Cuatrología" (cuando todo el mundo debería saber que se dice tetralogía; siempre se utilizan los prefijos latinos en un grupo de cosas u obras artísticas). Ante eso, que manden al responsable a un curso urgente de lengua (la que sea) o que le retiren inmediatamente el título de Graduado Escolar o el que tenga.

   Pasando a comentar los estrenos de esta semana, han llegado dos de los filmes presentados en Cannes; uno se fue casi de vacío, aunque merecía algún premio de interpretación; el otro se llevó uno de los más lamentables premios de interpretación que se recuerdan.

   De la directora Isabel Coixet creo que he dicho alguna vez que es una excelente directora de actores (no recuerdo ninguno que esté mal en sus filmes) y una excelente vendedora de compresas, pero no es una buena guionista (no es ninguna casualidad que su mejor película, "Elegy", tenga guión ajeno) y a menudo se equivoca en la manera de tratar los temas elegidos. Y esto es más que evidente  en su interesante, aunque bastante fallida, "Mapa de los sonidos de Tokio". El filme ofrece una interesante visión de Tokio bastante alejada de otros filmes (aunque caiga en demasiados excesos publicitarios, medio del que viene Coixet), está primorosamente interpretada por Sergi López, Rio KIkuchi y los dos actores japoneses que interpretan al técnico de sonido y al padre, y tiene un inusual uso del sonido (imprescindible verla en un cine con un buen Dolby, y no porque el sonido sea atronador, sino precisamente por lo contrario, porque la sutileza de su uso sólo se aprecia en una sala con buen sonido) que tuvo un merecido premio en el Festival de Cannes. Pero la película tiene un fallo de escritura que le hace mucho daño. Una historia de amor fou como la que cuenta (una asesina que se enamora de su víctima) no puede ser contada con medias tintas y necesita poner toda la carne en el asador (como demuestran otros maestros del melodrama como Ophüls y maestros del cine negro como Melville o Walsh). Y Coixet confunde la delicadeza y sutilidad con la blandenguería, cuando el filme debería ser más bruto. Y ésto hace que un filme que podría haber sido excelente se quede sólo en interesante. Y ésto en mi tierra se llama un filme fallido.

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