3 metros sobre el cielo
Lo que resulta curioso es que nadie se haya indignado ante la visión que hace de Barcelona el otro estreno de la semana, "3 metros sobre el cielo". Patrocinada de manera bochornosa por una conocida marca de refrescos (no tienen la mínima vergüenza en demostrarlo, en un momento dado te muestran un anuncio que ocupa más de la mitad de la pantalla), nos muestra una ciudad llena de pijos, completamente limpia y sin rastro de basura (bueno, hablan de estiércol, pero es que casi huele a limpio), con unos personajes repelentes sacados de la más alta sociedad (alguno dirá que el de Mario Casas no, pero si tiene esa moto y el hermano trabaja en la zona de rascacielos del distrito 22...) y que campan a sus anchas por unas rondas vacías (como no rodasen a las seis de la madrugada y ni así) y sin casco (¿pero no le puso el ayuntamiento una multa a Shakira por lo mismo), con unas playas "paradisiacas" vacías (debieron rodar en diciembre y a bajo cero) y con un "héroe" que se lía a mamporros pero que se le perdona porque es un pedazo de pan (sin comentarios).
Si encima se le añade que la historia es más ñoña que las obras completas de Corín Tellado y que Mario Casas necesita urgentemente un profesor de dicción, resulta una de las peores películas del año, e incomprensiblemente un gran éxito en su estreno (claro que si el autor de la novela ya nos torturó hace unos meses con la patética "Perdona si te llamo amor", qué esperábamos). Solo se salva la presencia de María Valverde, aunque ya empieza a notarse que lo de que sea una adolescente en casi todos sus filmes suena a chiste.
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david campani -