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carlosmartinez

Phenomena: La naranja mecánica + 2001

Este jueves la sesión de Phenomena está dedicada a uno de los directores norteamericanos más conocidos de la historia, amado y odiado casi a partes iguales, Stanley Kubrick. Para unos un visionario y un genio autor de varias de las mejores películas de la historia del cine y para otros un ególatra perfeccionista sobrevalorado y autor de una de las mayores tomaduras de pelo de la historia del cine en forma de monolito. Yo estoy entre sus admiradores, pero que cada uno lo juzgue como quiera, aquí se respetan todas las opiniones. Las dos películas escogidas son probablemente las más famosas de su carrera y con toda seguridad las más polémicas por distintas razones.

La naranja mecánica:

 

En su momento la polémica fue mayúscula, hubo quien entendió esta sátira sobre la violencia y el abuso de poder en un futuro muy cercanno en una apología de la violencia, polémica acentuada por lo salvaje de muchas escenas, el magnetismo del personaje principal, un final algo ambiguo que no coincidía con la novela de Anthony Burgess y las muertes producidas en Reino Unido en el momento del estreno que coincidían con algunos momentos de la película, hecho que produjo que Kubrick retirara la película en ese país, donde no se pudo ver en lustros.

Vista ahora, creo que queda claro que la ironía y la mala uva de Kubrick y Burgess dista mucho de glorificar lo que muestra, de hecho no hay ni un personaje positivo en la película, ni el personaje de Malcolm MacDowell, ni su traicionera banda, ni la policía ni la vengativa víctima. No creo que nadie en su sano juicio piense que la violencia del filme es atractiva, a mí por lo menos siempre me ha revuelto las tripas. Lo que pasa es que Kubrick usa el contrapunto musical y el scherzo (broma en italiano) como nadie en este filme, con la ayuda del compositor transexual Wendy Carlos responsable de los arreglos musicales (en algunas copias se le nombra todavía con su nombre masculino, Walter Carlos), y utiliza en las escenas más bestias músicas alegres como Cantando bajo la lluvia (algunas fuentes dicen que fue idea de Macdowell, pero en un perfeccionista como Kubrick controlador de todo lo dudo) o el Himno alegría de Beethoven, lo que provoca un distanciamiento irónico que puede redundar en pensar en la exaltación de la violencia.

El filme es extraño, tanto como 2001, aunque se entienda mejor. Tiene una soberbia interpretación de Malcolm Macdowell, quien con esta cuarta película suya (la segunda como protagonista, la primera , If, ganó la Palma de Oro de Cannes) se consagró con uno de los personajes más inquietantes y logrados de la historia del cine, que utilizaba un lenguaje bastante particular extraido de varias lenguas. Por si alguien se pregunta a qué hace alusión el título de La naranja mecánica, hay dos teorías: la más conocida, y la que afirma Burgess, es que se refiere a una expresión popular británica, ser más raro que una naranja mecánica, aunque como orange y orang (orangután) se parecen, algunos dicen que se refiere a hombre mecánico, la segunda me parece demasiado retorcido hasta para Kubrick. Peliculón, aunque sus imágenes son muy salvajes en ocasiones.

2001, una odisea en el espacio:

O cómo un ordenador y un monolito cambiaron la historia del cine fantástico y de paso mosquearon a más de uno preguntándose qué rayos significaba el monolito de marras.

Que a la vez es muy sencillo de explicar y muy complejo. Veamos, sigamos la directiva de Kubrick: "Eres libre de especular si lo deseas sobre el significado filosófico y alegórico de 2001". Si hemos de hacer caso a la obra de Arthur C. Clarke sobre la película, la cosa va sobre un contacto con extraterrestres que inciden en la creación de nuestra inteligencia a través del monolito y que luego nos vigilan. Es la explicación más lógica, pero yo añadiría algo más: si los extraterrestres juegan con nosotros de ese modo, cualquier filósofo o experto en teología los podría llamar dioses, y creo que también van por ahí los tiros. 2001 me parece la película más cargada de símbolos religiosos de la historia: ese monolito que en realidad son tres y que puede aludir tanto a las tres religiones monoteistas como a la santísima Trinidad; además conviene recordar que es un rectángulo sin imágenes, desconozco la religión de Kubrick, pero que yo recuerde judíos, musulmanes y protestantes no admiten la representación de Dios como figura humana. Ese alineamiento perfecto en el espacio entre monolito y astros que forma una cruz. Ese ordenador que juega a ser Dios acabando con la tripulación (y que tampoco tiene forma humana). Y finalmente esa especie de feto humano que alguno ha dicho que es el superhombre de Nietzche, pero que a mí lo que más me recuerda es a un ángel asexuado ascendiendo al cielo tras la muerte del astronauta... Demasiadas casualidades y símbolos en mi opinión como para no tomárselo en serio el tema religioso.

Kubrick hizo una obra revolucionaria, de la que se han destacado sus efectos especiales y sus escasos diálogos (aproximadamente unos 40 minutos en una película de casi dos horas y media), edificada en mi opinión como una sinfonía musical clásica en cuatro tiempos: el primero, con el amanecer del hombre, el segundo con el viaje a la luna y el descubrimiento del  monolito lunar, el tercero con el viaje a Júpiter y el conflicto con el ordenador, y el cuarto con el viaje a través del túnel de gusano (Clarke y Kubrick se adelantaron a muchos directores que han utilizado después esta teoría de viajes estelares más rápidos que la velocidad de la luz) y posterior muerte y transformación del astronauta. Consiguió un filme bellísimo, intrigante, de un poderío visual como pocas veces se ha visto en una pantalla de cine (verlo fuera de ella es casi un sacrilegio, no es el mismo 2001) y de un poder de abstracción inusual en el cine (siempre lo comparo con ver un cuadro abstracto, está abierto a múltiples opiniones, solo hay que dejarse llevar), con la elipsis más memorable de la historia del cine, la que convierte un hueso lanzado al aire en un arma nuclear (más de uno la sigue confundiendo con una nave espacial) y con uno de los iconos de la historia del cine, el ordenador HAL 9000 (el nombre viene de que a Kubrick la IBM no le dio permiso para dar su nombre a un ordenador asesino; decidió cambiarles las siglas por las letras inmediatamente anteriores del abecedario), quien en un ataque de "humanidad" decide acabar con la tripulación cuando esta decide apagarlo por su fallo de funcionamiento. Para mí y para muchos una obra maestra, aunque sus detractores siguen pensando que es lentísima (tiene el ritmo de un ballet espacial) y que no se entiende el tema del monolito.

Me queda por comentar alguna cosa sobre la música y sobre la influencia en el cine fantástico posterior. Creo que es la primera vez, y a partir de ahí el director lo hará siempre, que no usa música original, sino de otros compositores como Johan y Richard Strauss y Ligetty. Tenía música original compuesta por Alex North, pero por razones que creo que solo Kubrick conoce, decidió eliminarla sin previo aviso a North, quien se sorprendió por lo que parece la noche del estreno cuando vio su banda sonora eliminada. Curiosamente, hay una leyenda por ahí de que los últimos minutos del filme, que se inspiraron e inspiraron en la psicodelia de aquellos años, originaron una de las composiciones de Pink Floyd, Echoes, cuya duración es aproximadamente la misma que el final de 2001. Alguno ha intentado combinar película y canción (el resultado está en Internet, os dejo el link, http://vimeo.com/5255919) y hasta le parece que cuadran, yo lo he oído y visto  y a mí no me gusta nada el resultado, cada uno es libre de opinar libremente.

Fue una obra fundamental y muy copiada por cineastas en los años posteriores que llenaron las salas con películas fantásticas de tipo "filosófico". La más famosa es la rusa Solaris, coñazo mayúsculo de tres horas de Tarkovski que es cierto que tiene ínfulas filosóficas, pero que no hay dios que la aguante y que la entienda (y la versión americana con George Clooney, idem de lo mismo, aunque nos ahorra hora y media de película), y en la que además no está tan clara la influencia, puesto que la novela en que se basa creo que es bastante anterior a 2001. La mejor influida por 2001 para mí la dirigió el responsable de efectos especiales de 2001, Douglas Trumbull, se llama Naves misteriosas y es una preciosa miniatura fantástica con un gran Bruce Dern como protagonista. Asimismo, 2001 tuvo una secuela tardía 2010, mucho menos interesante y que fue un gran fracaso comercial, 2001 tampoco fue un gran éxito en el momento de su estreno ni de crítica ni de público, pero el tiempo la ha puesto en el lugar que merece.

2 comentarios

Carlos -

Sacerdote, solo dos cosas sobre tu comentario:

Primero, no te tengo que perdonar nada, cada persona que me comenta en este blog es libre de comentar en el momento que le interese (por ejemplo, recientemente me ha llegado un comentario sobre una película de Dwayne Johnson de hace varios años y no he tenido que decir nada respecto al retraso) y de la manera que le plazca, aunque agradecería que quedasen fuera posibles insultos, cosa que no es tu caso ni por asomo, aquí permito todo tipo de comentarios, aunque sean opuestos a mis opiniones

Segundo: gracias por comentarme lo de la viuda de Kubrick, no conocía el dato. Como siempre, te agradezco tus aportaciones a los temas que trato y tus correcciones de posibles errores que cometa al escribir los artículos, no puedo estar en todo.

Un saludo

sacerdote -

Perdona que comente ahora esta entrada algo pasada, pero siento la imperiosa necesidad de hacer un comentario respecto a La Naranja Mecánica. Has dicho que Kubrick retiró su película tras unos incidentes violentos que emulaban escenas del film. Lo cierto es que eso fue lo que dijo, y así se creyó mucho tiempo. Pero hará un par de años o así, la viuda de Kubrick desveló el auténtico motivo tras la excusa: Kubrick y su familia habían recibido amenazas de muerte anónimas si la película seguía en circulación.