la momia 3

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Que la mayoría de gente esté de vacaciones no implica que descuide las secciones habituales, como la del "hijo de puta de la semana", que por tercera vez va para el siniestro Silvio Belusconi. Su última proeza: escoger para sus conferencias de prensa una copia de un cuadro del Tiépolo, cosa que ya es grave en un país como Italia en el que no faltan obras de arte originales. Pero es que encima la pasó por el Photoshop para censurarla, añadiéndole un velo que tapaba una teta que estaba al aire. Mucho me temo que este individuo volverá a esta sección a poco tardar.

  Perdonadme esta semana, pero estoy bastante quemado; primero por las altas temperaturas, segundo por no tener vacaciones y tercero, por el castigo de programación de los cines que he tenido que aguantar. Que lo más interesante sea el estreno de un clásico del cine alemán de hace 35 años es grave (ojo, no es reposición), pero más lo es que el resto parezcan auténticos saldos que no querrían ni un videoclub en bancarrota, que filmes con fecha de estreno anunciada en los cines desaparezcan sin dar explicaciones (el último de Jodie Foster) o que un western estrenado con bastante éxito en USA el otoño pasado no se sepa la fecha de estreno ("El tren de las 3.10). Por no hablar ya de filmes como los de Bob Dylan, Michael Moore o Coppola que ya hemos comentado otras veces.

   El menos desastroso ha sido "La momia: la tumba del emperador dragón", pero aún así es mucho peor que sus dos películas precedentes, algo lógico si pones como director a alguien tan incompetente como Rob Cohen, auto de desastres que triunfaron en taquilla como "A todo gas" o "XXX". Si no fuera porque se ha estrenado dos meses después y porque se desarrolla en China, el filme podría ser perfectamente un plagio del último Indiana Jones, solo que Brendan Fraser no es precisamente Harrison Ford. El guión es ridículo, Maria Bello no le llega a la planta del pie a Rachel Weisz y los dos esbirros de Jet Li (que bastante hace con el personaje que le ha caído en suerte) son lamentables (por no comentar la manera en que acaban, uno de los mayores desatinos que recuerdo). Sólo se salvan los efectos especiales (faltaría más). E insisto, es lo menos desastroso de la semana; lo demás es para llorar.