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carlosmartinez

editorial

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. No sé si ha sido por el aniversario de la muerte de Franco o ha sido por casualidad, pero la semana ha venido marcada por diversas noticias relacionadas con la última Guerra Civil Española (digo última porque no ha sido la única; desgraciadamente ha habido unas cuantas en la historia de España). Y, antes de darles el palo a los que se lo han merecido esta semana, me gustaría decir mi postura desde la perspectiva de una persona de izquierdas (lo digo por si alguna mención que haga admita dudas): que aunque nos duela, no podemos olvidar lo que pasó tanto por un lado como por el otro (los dos hicieron barbaridades, tanto en el alzamiento, la revolución, Badajoz o Paracuellos, por poner casos de los dos bandos) y quien intente olvidarlo y mirar para otro lado o es un hipócrita o tiene miedo. Porque no es cuestión de odios o rencores ni de querer evitar repetirlo: es cuestión de conocer una parte básica de nuestra historia sin tapujos, odios ni miedos. Y tras este pequeño rollo paso a dar los palos a los personajes de esta semana.

   A Garzón, por cagarse y echar marcha atrás en el tema de las fosas comunes (ojo, la de los dos bandos), no sé si por miedo o por lo que dijo hace unas semanas un medio tan poco sospechoso de derechismo como es "El jueves": que Garzón es muy aficionado a montar el número y después desatenderse del tema.

   A Bono y miembros del PP (entre los que parece ser que sobresalió Jorge Fernández Díaz, reconocido miembro del Opus; parece que es mi sino referirme cada semana a esta organización), por montar el cirio con el tema de la monja, tema que no venía a colación ni era urgente; conviene recordar que para poner una placa o una calle a alguien, sea el que sea, se necesita un amplio consenso. Espero que si Bono lee esto no me llame hijo de puta.

   Y, por último, Esperanza Aguirre, de la que dudé la semana pasada si llamarla gilipollas o hija de puta de la semana. Esta semana no hay dudas: se ha ganado el segundo título con creces por sus últimas declaraciones. Porque mal está que recuerde que un socialista mató a Calvo Sotelo (lo que hablábamos antes de la hipocresía), pero lo peor es echarles en cara al Partido Socialista que mantengan en su sede fotos de políticos del PSOE de la Segunda República. Creo recordar que hace 33 años que  dejó de ser un delito ser político de esa época. Me temo que volveré a hablar de este personajillo en otras ocasiones.

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