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carlosmartinez

editorial/los mundos de Coraline

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Tengo que empezar por Florentino Pérez y sus dos escandalosos fichajes, y digo por adelantado que mi comentario no tiene nada que ver con que sea el presidente del Real Madrid (si fuese el Barça u otro equipo lo diría igual). Porque gastarse una salvajada en dos jugadores (y me temo que no serán los últimos) por parte de un club que parece ser que tiene deudas, por parte de un constructor que se supone que le debería afectar  la crisis y supongo que con el aval de unos bancos que no deben andar muy finos, y en un país con casi cuatro millones de parados, me parece una indecencia, una mofa y un escarnio (y eso quedándome corto). Por todo lo dicho le doy al señor Pérez el título de hijo de puta de la semana.

   Pasando a otros temas, me ha llamado la atención el comentario ayer en El Periódico del crítico Quim Casas, en el que decía que el filme español (que no he tenido oportunidad de ver todavía) "7 minutos" parecía un spot de una marca de cervezas. ¡Aleluya! Quien lea habitualemente estás páginas sabe que hace mucho, mucho tiempo que vengo denunciándolo, y me apuesto lo que sea a que conozco la marca cervecera anunciada, cuyo nombre empieza con m. Espero que no sea el último comentario sobre el tema de los críticos profesionales, a ver si de una vez se le cae la cara de vergüenza al cine español.

   Pasemos a comentar los filmes vistos estos días, empezando por la obra maestra que es "Los mundos de Coraline". Más de una vez he expresado aquí mis dudas sobre el uso del sistema 3-D, y resulta cuanto menos curioso que el primero que ha hecho un excelente uso del dicho sistema ha sido un director como Henry Selick, procedente del viejo sistema del stop motion. La película estrenada, en una copia normal ya es en sí misma un prodigio de imaginación, un cuento de hadas en ocasiones aterrador que recuerda en muchos momentos a "Alicia en el país de las maravillas" (¿o es de las pesadillas?). Pero vista en 3-D destaca también por el imaginatio uso del fondo de campo, por lo bien hechas que están las escenas en el mundo paralelo, por el excelente uso del túnel y por los tentáculos metálicos del personaje malvado: nada que ver con tirar objetos al personal (que a veces también lo hace, pero apenas se nota). Una obra maestra de la que pondría un pero: el sistema avanza, pero la ligera jaqueca al final de la proyección no nos la quita nadie.

 

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