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carlosmartinez

furia de titanes

   Mucho se ha comentado estos días que "Furia de titanes" no estaba rodada en 3D,  que se incluyó en el último momento y que el resultado dejaba bastante que desear. En mi ánimo habitual de tocar las narices, no negaré las deficiencias, pero me gustaría poner una ventaja que se agradece: al no estar rodada en ese sistema, no han cometido la habitual torpeza de lanzarnos cualquier objeto a los ojos (¿se puede ser más hortera y chabacano que la mayoría de filmes en 3D en este sentido?).

  Y pasando a otros temas, la verdad es que pasé un rato más que entretenido con el filme, quizá porque me recordó a mi infancia. Más que un remake en toda regla del filme homónimo del 80 (se han tomado muchas veleidades, entre ellas el Kraken, que no tiene nada que ver con la mitología griega), me parece un homenaje a uno de los más grandes cineastas del cine fantástico, el especialista en efectos especiales Ray Harryhausen. Y digo cineasta porque quien conoce sus filmes sabe que, por mucho que viniesen firmados por discretos artesanos como Don Chaffey o Nathan Juran, el máximo responsable de obras maestras como "Simbad y la princesa" o "Jasón y los argonautas" era Harryhausen (y la colaboración del maestro Bernard Hermann en la música tampoco fue moco de pavo) ; sus filmes eran concebidos para el lucimiento de las criaturas que salían en sus filmes, hechas por el sistema artesanal del stop motion. Cuando llegó "Furia de titanes" (no será su obra maestra, pero tampoco el desastre que han visto algunos) su tiempo había pasado y su técnica pareció anticuada para los que disfrutaban de guerras de las galaxias y supermanes, y el filme fue un estrepitoso fracaso comercial.

  Y ahora nos llega esta nueva versión con puesta al día en efectos especiales que está claro que no tiene el encanto de los filmes de Harryhausen, pero contiene poco más de hora y media de buen entretenimiento, a pesar de que se les ha ido la olla con el vestuario de Liam Neeson (parece que esté a punto de salir del armario como Ricky Martin) y de que Ralph Fiennes parezca un Lord Voldemort con melena y barba (lo de un inexpresivo Sam Worthington lo pasaremos por alto; los filmes de Harryhausen nunca destacaron por sus actores, a pesar de la "potente" presencia de Raquel Welch en "Hace un millón de años"). La función como director del francés Louis Leterrier parece la de los colaboradores de Harryhausen por su impersonalidad, pero no incomoda. A pesar de que prefiero los clásicos, el filme no está mal.

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