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carlosmartinez

déjame entrar

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Voy a hacer caso (o no) a aquello que decía Chus Lampreave en "Esperame en el cielo" de "no te metas en política" y voy a pasar por alto lo del alcalde de Valladolid y su comentario sobre Leire Pajín y sus labios. Hombre, podría comentar algo sobre los labios de Aznar (no sé si me da más miedo con bigote o sin bigote), pero me ha pillado que no sé qué decir... bueno sí (y dedicado a cualquier político de la tendencia que sea): aquéllo que le dijo Juan Carlos I a Hugo Chávez (bueno, al final sí que he hablado de política).

   Y pasando a comentar los filmes de la semana, empecemos con el remake de "Déjame entrar". Como a más de uno le ha sorprendido que haya salido una buena película del atrevido intento, conviene recordar una cosa: está detras la productora británica Hammer. Y si en la historia del cine hay una productora que brilló haciendo arte del remake y la secuela, fue ésta. Porque hizo maravillas con sus revisiones de los clásicos de terror (empezando por el inmortal "Drácula" de Terence Fisher), con las secuelas de dichas revisiones (como mínimo, "Las novias de Drácula" y "Drácula, príncipe de las tinieblas" están prácticamente a la altura del filme de 1958) y con las perversiones (en el buen sentido) de los clásicos ("El doctor Jeckyll y su hermana Hyde" es una joya del fantástico).

   Y Hammer vuelve a la carga tras treinta años de ausencia con una espléndida versión del filme sueco de 2008. Se puede discutir si la escena final de la piscina es inferior al original y de si en ocasiones su estilo es demasiado fiel al filme sueco, pero tiene el acierto de trasladar la acción a la puritana sociedad estadounidense de los 80 (no sé qué da más miedo, la niña vampira o Ronald Reagan cuando aparece en la televisión). También acierta en el cásting con unos niños protagonistas excelentes (ojo al niño, en ésta y en "The road" promete mucho si no le llega la maldición de los niños prodigio) y con la ayuda inestimable de dos grandes secundarios como Richard Jenkins y Elias Koteas. También cuenta con una gran banda sonora gentileza del formidable Michael Giacchino. Una buena muestra de que no todo remake ha de ser por fuerza malo, y una feliz noticia el regreso de una mítica productora que espero que no se vuelva a ir.

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