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carlosmartinez

thor

   Antes de hablar de uno de los primeros blockbusters que nos llegan de la temporada primavera-verano, "Thor", dejadme decir algo. Natalie Portman, eres muy buena actriz (aunque "Cisne negro" no me gusta nada, como sabéis) y muy bella, pero cuatro filmes estrenados en los cuatro primeros meses agotan a cualquier espectador (además de "Thor" hay otro filme de ella en carteleraque comentaré más tarde). Te deseo lo mejor y que vaya bien tu maternidad, pero déjanos descansar de tí, por favor.

   En cuanto a "Thor", es normal que Marvel siga produciendo películas sobre sus cómics (aunque cuatro filmes de aquí a agosto también me parece excesivo), tiene mucho material en más de cincuenta años de historia y sus filmes suelen funcionar en taquilla muy bien. El problema es que me temo que en "Thor" han pecado de demasiado ambiciosos. Al contratar a un director shakespereano por excelencia como el británico Kenneth Branagh y muy alejado habitualmente de este tipo de películas (solo le recuerdo la participación en una como actor, la segunda de Harry Potter), han potenciado demasiado el aspecto mitológico y más potencialmente serio del célebre personaje de Marvel (y el más descabellado, siendo un famoso dios de las mitologías nórdicas) en detrimento de la parte más lúdica del filme. Eso hace que por momentos resulte farragosa y poco entendible para el gran público tanta mención a la mitología nórdica, a la historia de los nibelungos, a los ciclos artúricos (el martillo es claramente un sosias de la espada Excalibur) y a las obras de Shakespeare (las más evidentes, Ricardo III, Enrique IV y V y hasta Otelo). Paradójicamente los mejores momentos del filme son los de pura diversión, las escenas de lucha entre Thor y los diferentes malos de la peli y los momentos de humor surrealista (ojo a la comparación que se hace entre algunos secundarios del filme y algunos personajes muy conocidos, es un chiste muy bueno). El filme resulta entretenido con todo, aunque sale perjudicado por no haber acertado con los dos protagonistas, que no acaban de resultar convincentes como Thor y su hermano-villano Loki (me niego a llamarlo némesis como hacen muchos críticos; Némesis es la diosa de la venganza y el origen de la palabra enemigo, pero como palabra no se recoge en el diccionario de la RAE, por lo tanto no se debería considerar correcto) y recomiendo por una vez su visión en 2D, porque la tridimensional es una chapuza posterior al rodaje vergonzosa.

   Y una advertencia a los que veáis el filme: esperaros al final de los títulos de crédito. El filme contiene una sorpresa final que probablemente tiene que ver con el principio de Los vengadores (de estreno el año que viene) y que afecta a uno de los secundarios del filme, personaje que es muy poco conocido en las obras de Marvel y que da toda la impresión de que se transformará en un importante villano, como da la impresión que pasará lo mismo con la nueva entrega de Batman; resulta extraño que dos actores muy conocidos como Marion Cottillard y Joseph Gordon-Leavitt interpreten a dos personajes desconocidos en los comics del murciélago, suenan al menos uno de los dos a villano sorpresa.

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