editorial

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Evidentemente la semana ha venido marcada por la muerte del hombre más buscado en el planeta, el terrorista osama Bin Laden.

   Veamos, que era un monstruo nadie lo pone en duda (su lista de atrocidades habla por sí sola), pero hasta los monstruos tienen derecho a juicio, no a que le peguen un tiro y lo entierren de mala manera en el mar. También conviene recordar que semejante monstruo, al igual que otros de los siglos  XX y XXI (como Pol Pot, como Carlos, como Videla, como Pinochet, como Gadafi), no habría salido de no ser por la maldita política de bloques de la guerra fría. Bin Laden no habría llegado a ser lo que desgraciadamente ha sido si a la URSS no le hubiese dado por meterse en un país (Afganistán) donde no le llamaban y si a Ronald Reagan no le hubiese dado por responder al ataque armando a miembros integristas del país potencialmente muy peligrosos. Me gustaría pensar que Bin Laden haya servido de ejemplo para que no se vuelvan a repetir los apoyos a potenciales monstruos, pero me temo que seguiremos en lo mismo, ojalá me equivoque.

   Antes de pasar a los filmes vistos estos días, mi recuerdo al golfista Severiano Ballesteros, fallecido esta madrugada. Aunque el golf no es precisamente un deporte que me entusiasme, nadie puede negar la importancia de un deportista que es clave en la evolución de un deporte español que en  parte gracias a él pasó de tener éxitos aislados a tener grandes éxitos en muchas disciplinas. Descanse en paz.