editorial

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Como tengo mucho que comentar en este editorial, y voy un poco mal de tiempo, intentaré ser lo más breve posible.

   Comparto muchas de las opiniones de los que han hecho las protestas del 15-M, pero lo siento, lo que han hecho del numerito de la acampada es quedarse corto, es como dar una caricia cuando lo que necesitan algunos es una buena hostia, incluidos algunos políticos que se han apuntado al carro de la protesta (señores Cayo Lara y Llamazares, lo suyo es simplemente incompetencia, no tiene nada que ver con la ley electoral, es más, probablemente en muchos países con sistemas de dos vueltas electorales estarían hasta fuera del parlamento). Y con eso, pues lo que habéis hecho me parece poner tiritas a una hemorragia masiva, no es suficiente.

   Hablando de hostias, la más gorda se la merece la canciller alemana Angela Menkel. Que lo único que se le ocurra para hablar de la crisis es decir que el problema de muchos países es que tienen demasiadas vacaciones, es para darle el título cum laude de hija de puta de la semana, además de pedir su dimisión también por su incompetencia, que lo que hace ella para acabar con la crisis es directamente echar gasolina al fuego.

   En cuanto al expresidente del FMI acusado de violación, de momento me reservo mi opinión hacia un tema que está en proceso de investigación, por aquello de la presunción de inocencia, aunque sospecho de que es bastante culpable. Pero ya de entrada lo que no tiene perdón es que alguien que tiene que ser uno de los responsables de acabar con la crisis se gaste 3000 euros por noche en una suite de lujo. Ya por ello merecía la expulsión del cargo que ha dejado, el tema de la violación lo dejo en manos de los jueces.

   He dejado para el final a mi "querido" Lars von Trier (los que lleváis tiempo visitando este blog ya conocéis de sobra mi animadversión hacia su obra cinematográfica) y sus disparatados comentarios sobre Hitler, que no hay quien se pueda tomarlos en serio teniendo en cuenta que su mujer y sus hijos son de religión judía. Solo pueden venir de un botarate que ha querido provocar haciendo una gracieta o de alguien (del que ya sabemos su problemas de depresiones y enfermedades mentales) con un serio transtorno mental paranoide. En el primer caso, lo mejor es no hacerle caso y ni siquiera hacerle una protesta seria para no hacerle publicidad. En el segundo caso, mejor que cuando vuelva a su casa (si le deja entrar su familia) se haga mirar por un psiquiatra. Por cierto, suerte a Almodóvar en el palmarés del Festival de Cannes, las excelentes críticas hacia su última película dan a entender que tiene serias posibilidades de llevarse algún premio, pero como siempre los jurados de cualquier festival son imprevisibles.