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carlosmartinez

editorial/moneyball

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Deseo que el frío os esté siendo leve (a algunos parece que sí, ayer ví en la tele a unos señores bañándose en Vigo con 10 grados, hay que estar muy obsesionado con la playa para hacer eso), parece que va para días.

   Pasando a otras cosas, me gustaría pegarle un tirón de orejas al crítico de teatro de El periódico (no suelo hacer comentarios sobre teatro, pero es que estoy hasta las narices de la plaga de los spoilers, y no solo en cine). De acuerdo, Hedda Gabler es una de las obras cumbres del teatro de Ibsen y es muy conocida, pero un crítico jamás debería hacer un comentario del final de una obra (siempre puede haber más de un espectador que no conozca el texto), y a este señor no se le ha ocurrido otra cosa que comentar lo que le pasa al personaje principal en la última escena de la obra de Ibsen. Creo que se puede hacer crítica perfectamente, de cine, teatro o lo que sea, sin spoilers, este blog está a punto de cumplir siete años y creo que de haber hecho algun spoiler se pueden contar con los dedos de la mano, a ver si aprendemos.

   Estos días nos han dejado dos personajes del mundo del cine de muy distinto calibre, un grande de la interpretación y uno de los peores directores de los últimos años.

   El actor americano de origen italiano Ben Gazzara es sin duda uno de los grandes actores de carácter del cine de Hollywood. Son memorables sus actuaciones en filmes como Anatomía de un asesinato, Saint Jack u Ordinaria locura, y especialmente sus colaboraciones con su amigo John Cassavettes en Maridos, Noche de estreno y varios filmes más.

   Y Zalman King ha pasado a la historia por varios filmes de carácter psudoerótico que se pueden considerar como lo peor del cine americano de los últimos años. Parece ser que tuvo algún premio al principio de su carrera por trabajos televisivos, pero el hombre produjo Nueve semanas y media y se le fue directamente la olla. Delta de venus es un engendro de mucho cuidado, pero la palma se la lleva Orquídea salvaje, sin duda uno de los mayores disparates que ha perpetrado el cine americano en los últimos 25 años y sin duda una de las peores películas de la historia.

   A pesar de mis antipatías hacia King, descansen los dos en paz, nunca le deseo el mal a nadie aunque me caiga fatal.

   Pasemos a comentar los filmes estrenados esta semana. De Moneyball me llama la atención que muchos críticos hayan dicho que es demasiado clásica, porque a mí me ha parecido uno de los filmes más atípicos del Hollywood de los últimos años. Atípico, porque en un género como el deportivo que habitualmente busca siempre la épica, se desentiende de ella y en muchos momentos no aparecen ni partidos de béisbol, casi todo transcurre en los despachos (la mano de dos grandes del guión como Steven Zaillian y Aaron Sorkin, responsable de La red social se nota mucho, el guión es lo mejor del filme). Atípica, porque en un filme aparentemente con mucha verborrea, se lleva la palma un personaje que apenas habla, un espléndido Jonah Hill. Atípica, por como acaba el personaje (no lo comentaré, pero es un final un tanto raro, es la crónica a la vez de un fracaso y un éxito, y eso no es muy normal). Y atípica, porque siendo un filme sobre el deporte americano a comienzos del milenio, está hablando muy seriamente sobre la crisis actual, si uno se fija bien. Alguno puede pensar que es la clásica historia de David contra Goliath, pero no creo que vayan los tiros por ahí. Cuando ví el filme no sabía nada del personaje de Hill, y me llamó poderosamente el contraste entre su gordura y la delgadez de Brad Pitt, y pensé que era casualidad, que los personajes reales eran así, hasta que me enteré que el personaje de Jonah Hill era una mezcla de varios ayudantes del personaje de Pitt, y ví que lo que sospechaba no podía ser casualidad. Porque a mí lo que el filme me recuerda (alguno pensará que se me ha ido definitivamente la olla) es a una actualización del Quijote, Pitt es casi un quijote luchando contra gigantes, Hill recuerda a Sancho Panza y hay hasta una pseudoDulcinea en forma de hija clave en el final. Me parece un filme más que notable, aunque no sobresaliente, me pierdo por momentos en un deporte como el béisbol que no comprendo, y me sobran tantos datos estadísticos que se podrían haber resumido más, pero es mucho mejor que los filmes que Hollywood suele dedicar al mundo deportivo.

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