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carlosmartinez

editorial/john carter

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. La huelga general que los sindicatos han anunciado ayer se podría llamar Crónica de una huelga anunciada, lo extraño es que la anunciase el propio presidente del gobierno hace unas semanas. Que le aproveche al señor Rajoy, se la ha buscado con ganas, al igual que algunos impresentables de la CEOE, espero que reflexionen ese día, aunque me temo que lo mismo se toman un día de descanso en Laponia. Y, por favor, que dejen de insultarnos a los parados llamándonos pancarteros (curioso, yo no he llevado una pancarta en mi vida), poco menos que vagos y aprovechados (lo de decir que teníamos que aceptar cualquier oferta, aunque fuese en Laponia, y que aprovechábamos el subsidio hasta el final, todavía me duele), porque si un día empiezo a decirles lo que pienso de ellos sin tapujos voy acabar en la cárcel o con este blog retirado de la circulación. 

   Pasando a temas más sensatos, esta semana hay que lamentar la muerte del músico Robert Sherman, autor junto con su hermano Richard de buen número de partituras para filmes infantiles, principalmente de la Disney (Mary Poppins, El libro de la selva, La bruja novata, Los aristogatos), aunque también para algunas célebres películas fuera del estudio como Chitty Chitty bang bang. Descanse en paz uno de los responsables de muchos buenos momentos en mi niñez. 

   Pasemos a comentar los filmes vistos estos días. John Carter era una de las grandes apuestas cinematográficas de Disney para este año, y al principio fue vendida como el primer filme de imagen real de Pixar. Extrañamente el nombre de Pixar ha desaparecido de los títulos de crédito, aunque su director, Andrew Stanton, es claramente un hombre de la casa (Buscando a Nemo, Wall-E) y al final se le hace un pequeño homenaje al padre de Pixar, Steve Jobs. Es pronto para saber si el muy alto coste del filme será rentable, pero tengo mis dudas.

   Estas dudas radican en que los relatos de Edgar Rice Borroughs en que se basa el filme me son completamente desconocidos, y no sé el grado de fidelidad de la adaptación. Puede ser que ya ha habido demasiados directores que han bebido de los mismos (la sombra de Avatar y de Star wars está muy presente en este John Carter), o puede ser que los guionistas del nuevo filme no se hayan calentado mucho la cabeza. El hecho es que el resultado es competente y medianamente entretenido (le sobran unos cuantos minutos, eso si), pero huele a refrito, a déjà vu, a algo que nos conocemos de sobra y que no aporta nada nuevo a la historia de los blockbusters. Tampoco en mi opinión ayuda un protagonista, un Taylor Kistch al que solo le recuerdo en un papelito en Lobezno, que no me resulta convincente. Lo mejor es la presencia del siempre inquietante Mark Strong y la estupenda banda sonora de Michael Giacchino, pero el resultado me deja frío, me esperaba más de Stanton y los responsables de Pixar.

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