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carlosmartinez

editorial/titanic

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. No teníamos bastante con la derecha política que ahora llega la religiosa. Lo del obispo de Alcalá de Henares, largar contra el aborto y la homosexualidad en plena misa retransmitida por TVE, no tiene nombre. No se puede esperar mucho de alguien que hace tiempo comparó los condones con los bozales para perros y que en una misa volvió a calificar de cruzada la Guerra Civil con Blas Piñar delante, pero hacerlo en una retransmisión para un medio público que pagamos todos roza lo delictivo.

   Pasando a otro orden de cosas, ha llegado la noticia de la muerte del director francés Claude Miller. Por las cosas raras que tiene la distribución española, este prestigioso director francés, antiguo ayudante de dirección de grandes de la Nouvelle vague, es prácticamente un desconocido en nuestro país, solo recuerdo que se hayan estrenado aquí L’acompagnatrice y La pequeña ladrona, ni siquiera estoy seguro de que su filme más famoso, La classe de neige, se haya visto aquí. Descanse en paz.

   Como no hay mucho que comentar sobre la reposición de Titanic, ya que la conocemos casi todos (sigue siendo la segunda película más taquillera de la historia), sí que me gustaría comentar algunos aspectos que pueden suscitar su oportuna (oportunista si se quiere) reposición.

   Oportuna, porque estamos en el centenario del hundimiento del barco (por añadidura, del comienzo del hundimiento de la vieja Europa que llevaría a dos Guerras mundiales) y no está de más recordar la que probablemente sea una de las mayores chapuzas de la historia del transporte, un barco mal construido (parece ser que los remaches no eran fiables), con unos directivos avariciosos (que pusieron en peligro a los pasajeros yendo a una velocidad que no debían), con unos sistemas de seguridad inexistentes (faltaban la mitad de los botes salvavidas, para que hubiese más espacio para pasear) y una tripulación ineficaz (a lo de la velocidad, añadir el caos que montaron). Desgraciadamente no hemos cambiado, y no lo digo solo por lo del Costa Concordia, si cambio lo que he dicho del Titanic por la crisis económica, no tendría que cambiar muchas palabras, creo.

   Me llama la atención también que entre ciertos sectores de la crítica solo se reproche la reposición como mera operación mercantil por el tema del 3D. Lo es, pero el problema no es ese. El problema es que seguimos mirando con malos ojos poder ver un filme en una pantalla de cine que no sea una novedad, cuando debería poder haber oportunidad de hacerlo más a menudo, nos siguen pareciendo extravagantes opciones como las de Phenomena (por cierto, siempre llenan la sala, y eso que en Barcelona son 1800 plazas) y vemos como una opción residual cosas como la Filmoteca. Pues si no conocemos el cine más o menos clásico y el cine moderno que no es de estreno, apañados vamos, nos estamos convirtiendo sin querer en unos cinéfilos analfabetos, desgraciadamente a más de uno le suenan a chino John Ford, Dreyer, Rossellini, Mizoguchi o Buñuel, y deberían ser el ABC de cualquier persona que ama el cine en particular y el arte en general. Eso sí también reclamo que no nos den gato por nieve, esta semana he podido ver una copia de Arroz amargo en la Filmoteca de Barcelona que clamaba al cielo, llena de rayas, con cortes evidentes y con unos subtítulos que no traducían una buena parte de los diálogos, ver algo así es como para pedir el libro de reclamaciones o la devolución de la entrada.

   Pasando a lo que es en sí Titanic en 3D, no aporta nada nuevo, pero tampoco le hace falta. Sigue siendo el portentoso espectáculo que fue en su estreno en 1997, tiene la misma fuerza en el relato y en las interpretaciones de Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Kathy  Bates y David Warner, aunque sigue flojeando en la pésima interpretación de Billy Zane (afortunadamente desaparecido del mapa actualmente) y en la discutible banda sonora de un James Horner aficionado a copiar a otros y a sí mismo. Por otro lado, el reciclado a 3D está mucho mejor hecho que en otros intentos anteriores, no es la chapuza que nos han hecho en otros filmes. Bienvenida sea su reposición, solo espero que alguien se atreva a reponer clásicos en el sistema 3D como Crimen perfecto, Hondo o Los crímenes del museo de cera, los cinéfilos lo agradeceríamos.

1 comentario

david campani raso -

creo que eres muy duro en cuanto al comentario de lo mal que estaba la copia en arroz amargo.pienso que muchas películas clásicas no se han conservado bien,pero una institución como la filmoteca hace lo que puede para que no se pierda el patrimonio cinematográfico.por eso pienso carlos que hay que ser más comprensivo