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carlosmartinez

Un lugar donde refugiarse

De las adaptaciones al cine del creador de best-sellers Nicholas Sparks ya sabíamos que eran ñoñas, cursis, aburridas y predecibles (solo se salva El diario de Noa, y ya me gustaría ver cómo ha aguantado el tiempo, hace tiempo que no la he visto). Ahora lo de Un lugar donde refugiarse es todavía peor: a todo lo demás que he dicho, hay que añadirle sospecha de plagio puro y duro, los guionistas han copiado literalmente y sin ningún rubor Durmiendo con su enemigo, con la diferencia de que Julia Roberts es una buena actriz y Julianne Hough ni por asomo, y Patrick Bergin hacía un excelente villano y el que aquí aparece da hasta pena de lo mal que lo hace. Y lo peor viene al final, un giro sorpresa que destaca por lo ridículo y grotesco. Un horror de filme que no hace sino confirmar que Lasse Hallstrom dejó de ser hace tiempo el buen director que hizo Mi vida como un perro, Querido intruso o Las normas de la casa de la sidra, a no ser que la anterior a esta, y su regreso a su Suecia natal, El hipnotista (estreno en pocas semanas, creo) nos demuestre lo contrario.

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