360

Desde que  en 1900 el escritor austriaco Arthur Schnitzler consiguiera con su obra teatral La ronda una maravillosa y muy original metáfora sobre los efectos de la sífilis en su tiempo, haciendo que cada miniacto independiente de su obra encadenara con el siguiente utilizando a un mismo actor que unía una historia con otra hasta cerrar el círculo (la ronda), y desde que el director franco-alemán Max Ophüls consiguiera una magistral adaptación al cine, hay unos cuantos directores que en general han fracasado en cine y teatro copiando el modelo, entre ellos Roger Vadim y Sam Mendes (en la para mí fallida obra teatral La habitación azul, a pesar del sonoro escándalo que provocó en Londres el desnudo de Nicole Kidman en un escenario). En 360, el brasileño Fernando Meirelles lo vuelve a intentar y le sale un sonoro churro, más cercano a las tópicas historias de vidas cruzadas que al modelo Schnitzler, donde las historias no encajan, la mayoría son aburridas e incluso me temo que sobra algún actor famoso (no sé qué diablos pinta en la trama el personaje de Anthony Hopkins, su historia está fuera de lugar). Mortalmente aburrida, siendo generosos solo la salva el excelente reparto.