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carlosmartinez

El Ranger solitario

Probablemente la metedura de pata de traducir la serie original de televisión El Ranger solitario como El llanero solitario debe proceder de Hispanoamérica, donde llegó antes que aquí, puesto que llanero es una palabra más común allí que aquí. El caso es que resulta chocante, puesto que no debería haberse traducido, Ranger alude evidentemente a la policía de Texas que empezó durante la época del Oeste y continúa hasta nuestros días (la misma a la que pertenece el personaje de Chuck Norris Walker), al ser un nombre propio muy explícito no tiene sentido una traducción en mi opinión. Peor es lo de su compañero de fatigas, el indio Tonto; como algún espabilado se debió pensar que quedaba mal insultar a un personaje positivo (cosa que no pasa en inglés, puesto que la palabra Tonto no existe, es fool o dumb), nada, le pusieron el chorra de Toro, que sonaba a indio por aquello de Toro sentado. El problema es que nadie se ha molestado en cambiarlo, al igual que seguimos llamando Frodo Bolsón a Frodo Baggins (podría haber sido peor, la primera traducción en Argentina de El Hobbit era El hobito, afortunadamente aquí sí que se cambió), a ver si aprendemos de una vez a respetar mejor las traducciones y sacarnos tonterías de la manga.

La película estrenada estos días ha sido probablemente la más valpuleada del verano por la crítica americana y ha sido un notorio fiasco comercial en su país de origen. Puedo entender lo segundo (hay que respetar los gustos del espectador, que es el que paga), pero no lo primero. No es perfecta, en mi opinión adolece de querer copiar demasiado la saga de Piratas del Caribe cuando son historias completamente diferentes, Johnny Depp empieza a cansar con sus numeritos estrafalarios (aunque aquí está más contenido y algo mejor que en las últimas entregas de Piratas), el "millonario" Armie Hammer (proviene de una familia muy conocida en el mundo petrolero) no acaba de dar la talla como héroe (aunque su blandura casa bien con la inocencia inicial del personaje y con el tono blanco de la película) y el guión se ha inspirado demasiado al pie de la letra en el de Hasta que llegó su hora en muchas escenas. Pero no puedo cargármela, es tremendamente entretenida, no aburre en ningún momento en su larga duración (otra cosa que le han echado en cara, como si durar hora y media fuese signo de calidad, a mí cualquier entrega de Loca academia de policía se me hace más larga que esta, y no llegan a 90 minutos), tiene un par de estupendos villanos y las dos secuencias más espectaculares y mejor rodadas y editadas de este año, las dos que transcurren en los trenes. Asimismo, para un amante del western como yo es un festín de homenajes al género estadounidense por excelencia, desde ese arranque al más puro estilo Pequeño gran hombre (también se parece a La princesa prometida) al más evidente de Hasta que llegó su hora, pasando por todo el spaguetti western y títulos de John Ford como El caballo de hierro y Centauros del desierto. Como he dicho, no es perfecta, pero no el desastre que se ha dicho, para mí merece un aprobado alto, es mucho mejor que otros filmes del verano mejor considerados como Pacific rim o Elysium.

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