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carlosmartinez

El francotirador

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Mi Pepito Grillo particular que es el Sacerdote que me escribe de vez en cuando escribe aquí me lo recuerda de vez en cuando: Primer mandamiento del crítico, intentar no hacer spoilers, segundo mandamiento, no caer en tópicos, tercer mandamiento, no juzgar un filme solamente por su idelología. Desgraciadamente más de un crítico está incurriendo estos días en los dos últimos pecados con El francotirador.

Porque acusar a Clint Eastwood de pseudofascista, ultraconservador y retrógrado es caer en el mayor de los tópicos desde que interpretó por primera vez a Harry Callahan en 1971. Eastwood no ha negado nunca su conservadurismo, y aunque tenga alguna película que se salga por la tangente, es normal que se note en su cine, como pasó con otros retrógrados ilustres como Griffith, de Mille, Ford, Wayne, Disney, Walsh, Fuller o sus compinches de los 70 Cimino y Milius. Pero al igual que todos los que he mencionado y alguno que me dejo en el tintero, es desde hace tiempo un grande del cine, quizás con Scorsese el más grande director americano en activo (Coppola es como el Guadiana, y sus tres últimos filmes no están a la altura de su grandeza). 

Y es obvio que El francotirador es un filme patriótico en la más pura estela de Rambo, más proviniendo de un género como el bélico, el más proclive al patriotismo, y no solo en EEUU, no conozco ningún cine histórico-bélico más proclive al chauvinismo que el británico (¿tengo que recordar a Kipling y la mayoría de sus adaptaciones?), y baste recordar las  "gloriosas aportaciones" al género en España que son Raza o Sin novedad en el Alcázar.

Pues eso, El francotirador es una excelente película patriótica y americanada total... con matices que paso a comentar, y que a más de uno le han pasado por alto:

Yo no tengo muy claro que se la pueda considerar un filme bélico al uso. Hay una pista que se ha pasado por alto en el final de barras y estrellas de la película (completamente cierto y que si Eastwood quiere contar bien la historia no puede obviar):  Ha elegido una banda sonora muy reconocible para los cinéfilos que no es bélica ni americana: Morricone, concretamente una  memorable melodía de Una pistola para Ringo cuyo título no diré para evitar un spoiler que dolería a quien no conozca la historia del personaje protagonista. A mi no me parece casualidad, porque corrobora las sospechas que tenía: más que un filme bélico a mí me recuerda a un western rarísimo sobre dos pistoleros (uno sin nombre y del que no sabemos casi nada, el árabe) en un territorio desértico y con duelo a muerte "clásico", aunque con fantasmada muy de western europeo. Lo más raro que le he visto a Eastwood en tiempo, de alguien proclive a hacer películas menos convencionales de lo que parecen a primera vista (con el paso del tiempo, Impacto súbito parece más un filme de terror que una vulgar entrega de Harry el Sucio, y El jinete pálido es casi una película bíblica más que un western).

Segunda, el uso de las metáforas. Eastwood comienza de nuevo el filme de una manera no lineal con el primer asesinato de Cooper, un niño, y de repente aparece un ciervo muerto por un disparo. Bambi, me vino a la cabeza, otra anomalía en un filme patriótico, con unos primeros minutos con padre dominante, biblia amenazante (a mí me da miedo) y hermano cobarde como veremos más adelante en una breve escena posterior. Para ser un sosias de Rambo, el personaje ya es más raro de principio de lo que se puede pensar. Lo que viene después en el siguiente punto lo confirma

Tercero: el enemigo. Al contrario de lo que dicen algunos de que los iraquís tienen poca entidad en el filme, le recuerdo que John Ford fue todavía más radical en una obra maestra como es La patrulla perdida: jamás se le ve, y lo hace aún mas amenazante, hay que ser muy bueno para hacer un buen personaje sin que aparezca en pantalla en ningún momento en pantalla como Hitchcock en Rebeca, el tercer personaje en importancia del filme del británico sin que se le vea en ningún momento, ni siquiera en un cuadro. Eastwood también es muy bueno, y sí hay un personaje relevante, casi por ausencia que por presencia: el francotirador árabe sin nombre (¿solo Mohamed como Joe en la trilogía del dólar?) con el que se enfrenta Cooper. Eastwood lo utiliza en mi opinión como visión deformada de lo que se está convirtiendo Cooper, una máquina de matar con menos sentimientos que Terminator... hasta que se encuentra con un televisor vacío que le lleva casi a la locura. Ese televisor vacío es lo más raro probablemente que haya filmado Eastwood en su carrera y para mí un gran acierto de guión y dirección, es muy extraño que la ausencia de un personaje aparentemente mal escrito marque tanto a su enemigo, es que de mal escrito no tiene absolutamente nada.

Y finalmente, la escena final antes del desfile de barras y estrellas. El personaje que aparece se define en el reparto final como Hombre en la camioneta. Quien sepa el final de la historia sabe que  es un personaje clave, pero Eastwood omite prácticamente cualquier referencia o nombre del mismo (y se sabe perfectamente en la realidad). Otro hombre sin nombre, cerrado con una elipsis nada frecuente con un breve título explicativo, seguro que otro director más "convencional" hubiese mostrado mucho más. Eastwood como he dicho pocas veces en su carrera ha sido convencional, ni siquiera en productos comerciales como este, hasta filmes "alimenticios" como Ruta suicida o Licencia para matar son raros, raros en muchos momentos.

Con todo lo dicho, el filme patriótico más raro de la filmografía de Eastwood, tan anómalo que visto neutralmente me sorprende su éxito sorpresa en USA que pocos esperaban. Gran interpretación de un Bradley Cooper mucho mejor actor que lo que había demostrado hasta ahora y excelente pulso narrativo de un Clint Eastwood que parecía haber perdido un tanto la fuerza en sus películas posteriores a Gran Torino. Muy recomendable salvo para los que odien las americanadas.

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