Selma

 

Con la que se armó en los días previos a los Oscars con el tema, tengo que empezar la crítica a Selma con el tema de las ausencias en las nominaciones a los Oscars y las acusaciones de racismo a la Academia de Hollywood. A ver, entiendo que con los sucesos que han ocurrido de muertes de varias personas de raza negra por parte de la policía en los últimos meses el tema vuelve a estar al rojo vivo. Comprendo que teniendo en cuenta que la película ha salido más que bien y no hay demasiado cine dirigido por directores negros, esperasen más en los Oscars. Pero creo que pedir cuota en las nominaciones hacia un colectivo determinado (el que sea, hay años que también se podrían quejar los hispanos y los asiáticos de no estar) es excesivo, casi otra forma de racismo. Quizás ha pesado demasiado de que la película era relativamente modesta y ha pasado relativamente de puntillas por la taquilla americana, que al productor ya le habían premiado el año pasado por otra película reivindicativa (productor blanco, no olvidemos, Brad Pitt), que este año había una sobredosis mareante de biopics y que en el caso de directores y actores masculinos protagonistas la competencia era muy dura... Hay más razones para explicar la ausencia de Selma en muchas categorías, además de las acusaciones de racismo.

Y en lo que estoy de acuerdo en que el filme las merecía, mucho más que dos bluffs que si las tuvieron como La teoría del todo y The imitation game. La debutante en el largometraje directora británica Av DuVernay hace una emotiva y muy realista  reconstrucción de la marcha de 1965 entre las ciudades de Selma y Montgomery por los derechos del voto negro (no pienso usar el término afroamericano, por lo menos por respeto a gente como el Black Power y los Panteras Negras, además evidentemente no puedo llamar afroamericano al actor protagonista de Selma, ya que es británico), no se pasa de rosca en el estilo de hagiografía del personaje como hacen otros (aquí Martin Luther King tiene sus debilidades, como todo ser humano), tiene una excelente interpretación del actor protagonista, el poco conocido aquí David Oyelowo, bien secundado por el resto del reparto y una espléndida canción principal, justa ganadora de Oscar. Muy recomendable filme, de lo mejorcito que he visto recientemente en el género del biopic, habrá que seguir con atención la carrera de DuVernay.