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carlosmartinez

harry potter y la orden del fénix

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Ante el bajísimo nivel de los últimos filmes vistos en las salas comerciales, permitidme una recomendación en DVD: la recuperación, con motivo del centenario de su protagonista, de dos filmes de John Wayne que permanecían mucho tiempo descatalogados por problemas de derechos: el excelente western "Hondo" (para mí la mejor película de John Farrow, el padre de Mia) y "Escrito en el cielo", que no está entre lo mejor de William A. Wellman, pero sí es una de sus películas más copiadas: parece la madre y el padre de casi todas las películas de catástrofes con avión incluido, desde "Aeropuerto" hasta "Serpientes en el avión". Hace un par de meses, el Festival de Cannes repuso con honores de estreno la versión restaurada de "Hondo". Desgraciadamente, aquí tenemos que verla en casa, porque prácticamente nadie se atreve a poner en cines cine clásico.

   Pasando a los filmes de esta semana, desgraciadamente  tenemos que empezar con "Harry Potter y la orden del Fénix", para mí la más desafortunada de toda la serie. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, estas películas me parecen repetitivas (estoy hasta las narices de la familia de Harry Potter, de los profesores de artes oscuras que cambian en cada película y de los partidos de quidditch, aunque éstos últimos afortunadamente no aparecen en el filme) y nada originales (conforme avanza la saga, cada vez se parece más a "El señor de los anillos" y a "La guerra de las galaxias"), pero es que además el filme que nos ocupa es confuso (sinceramente sigo sin entender el interés de los malos por el objeto que buscan), aburrido y mal dirigido (una muestra es la muerte del personaje del que hablábamos la semana pasada: no se puede rodar peor y con menos épica). Si el filme no acaba en el completo desatre es por su reparto, destacando el propio Daniel Radcliffe (el mayor acierto de la saga), Gary Oldman, Michael Gambon, Imelda Staunton y Jason Isaacs (que parece pedir a gritos ser el malvado principal). En el lado negativo, Ralph Fiennes y su patético maquillaje (¿realmente le da miedo a alguien?) y una Helena Bonham-Carter que supera todos los récords de histeria y sobreactuación (y en apenas unos minutos que sale). Y, por desgracia, tampoco podemos disfrutar de la música, ya que han sustituido a los geniales John Williams y Patrick Doyle de entregas anteriores por un completo desconocido llamado Michael Goldenberg que hace un trabajo más que discreto.

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