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carlosmartinez

pozos de ambición

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Supongo que en estas fechas preelectorales habrá partidos de derechas que hablarán sobre el aumento de la inseguridad ciudadana. No sé si ésto es cierto, pero sí que he constatado en los últimos días un aumento en el número de robos en Barcelona. Concretamente en el caso del aumento del precio en 2,10 euros de los taxis con principio o fin de carrera en la estación del AVE, y también en el caso que publicó El Periódico hace unos días, en el que un céntrico hotel de Barcelona cobraba 700 euros por una habitación que habitualmente costaba 110 (desayuno no incluido) por haber un congreso de telefonía móvil. Como comprobaréis, dos auténticos atracos.

   También destacar la noticia de la renuncia de Fidel Castro (¿alguien creía, salvo Hugo Chávez, que iba a volver?). Dudo que vaya a volver próximamente la democracia a la isla, pero desde luego sus habitantes estarán algo más tranquilos sin aguantar las habituales 7 u 8 horas de discurso de su presidente.

   Pasando a los filmes estrenados esta semana, comprobaréis que falta uno de los destacados (Sweened Todd), pero es que precisamente este jueves es mi cumpleaños y he decidido dejarlo para tan señalada fecha. La semana próxima prometo hacer el comentario sin falta.

  De lo visto estos días, lo más señalado sin duda ha sido "Pozos de ambición", del director P.T. Anderson y uno de los favoritos a los Oscars de este año. Aunque la película esté dedicada a Robert Altman, es mucho más evidente la influencia de Scorsese, tanto por su desmesura como por la violencia de algunas escenas (especialmente la última). El filme es un soberbio retrato de los primeros años del petróleo en EEUU y contiene la prodigiosa interpretación de Daniel Day-Lewis en su personaje principal, bien secundado por el joven Paul Dano, quien a algunos les  puede parecer algo histriónico; les recomendaría ver a los telepredicadores americanos: es imposible interpretarlos sin pasarse de rosca. Destacar el insólito en nuestros días de que el principio de la película tenga más de 15 minutos sin un solo diálogo. Sin duda, una de las grandes películas del momento y posible ganadora de más de un Oscar (en un año en el que la calidad media es bastante alta), aunque se le puede atragantar a más de uno, cosa habitual en el cine de Anderson: todavía recuerdo el estreno de "Magnolia", con varias personas abandonando la sala antes del final de la película. 

 

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