Blogia
carlosmartinez

editorial

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Esta semana se ha publicado el habitual informe de asistencia a los cines de cada año, que ha constatado la evidente caida de la taquilla, y como es habitual se ha achacado a la crisis y a la piratería. Y yo me pregunto: ¿seguro que es por eso?

   Me lo pregunto por una anécdota personal que me ha pasado esta semana y que me ha hecho reflexionar. Como cada miércoles, un grupo de amigos nos reunimos por la tarde para hacer salidas de tipo cultural. Cuando se propuso ir a ver un filme del oeste (en concreto "40 pistolas" de Sam Fuller) en blanco y negro y por el precio de 2 euros (precio no precisamente abusivo) , uno de los habituales dijo que no porque ya veía suficientes filmes del oeste en el canal 9. Y, teniendo en cuenta que los teatros, auditorios de música y conciertos de rock (evidentemente mucho más caros que una entrada de cine) se suelen llenar muchas veces (y que a un melómano no se le ocurriría perderse un concierto de música clásica porque tiene una copia pirata en un disco rayado, con los instrumentos desafinados y en la que en vez de ponerle el Ave María de Schubert le pusiesen el Ave María de David Bisbal: es una exageración, pero eso pasa con muchas copias de filmes piratas que circulan por ahí), me pregunto sinceramente si el precio de la entrada del cine es el problema. Y la conclusión es: que nos da pereza ir al cine porque le sigue pareciendo a la gente un arte menor al que no hay problema en menospreciar. Estoy harto de oir aquello tan manido de "Odio el cine comercial; prefiero el cine de autor", cuando el término cine de autor fue creado por los críticos de "Cahiers de cinema" con otro sentido (precisamente el de ennoblecer a algunos directores menospreciados como Hitchcock o el anteriormente citado Fuller). Y, aunque amo a Ozu, Rossellini, Dreyer, Buñuel o Erice, que nadie me quite al primer Almodóvar, a Hitchcock, a los westerns de Ford o de Anthony Mann o a los musicales de Stanley Donen o de Vincente Minelli. Si difícil es hacer un filme que te haga pensar o refleXionar, creo que mucho más difícil es hacer un buen  filme que te entretenga, que te haga reir o temblar de miedo (si fuese fácil, cada semana se estrenarían 7 u 8 obras maestras, y no es el caso precisamente).

0 comentarios