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carlosmartinez

confesiones de una compradora compulsiva

   Y el otro espabilado es Jerry Bruckheimer, que aquí aparca sus habituales películas de acción ("Piratas del Caribe", "Armagedón") para producir una presunta comedia, dirigida por el antaño prometedor P. J. Hogan. Y el resultado es una catástrofe. Si pretendían parodiar "Sexo en Nueva York", les ha salido una copia bastarda; si pretendían criticar el consumismo, les ha salido una gran oda a él. Y como comedia no funciona en ningún momento: las situaciones no tienen la más mínima gracia (juro que tuve durante la proyección más cara de palo que Steven Seagal y Chuck Norris juntos) y la actriz protagonista es insoportable (parece que quiera ocupar el trono de histrionismo de Jim Carrey). Y, por si todo ésto no bastase, el productor tiene todo el morro de hacer publicidad de sus próximos estrenos: en un momento del filme, aparecen dos carteles enormes de la nueva temporada de "CSI" y del filme de animación "G Force", ambos  producidos por Bruckheimer. Un desastre de comedia.

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