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carlosmartinez

déjame entrar

   Hablaba antes de festivales, y esta semana se han estrenado dos filmes que coinciden en que fueron despreciados en recientes festivales, bien por el jurado o bien por la crítica. Y los dos inexplicablemente.

   "Déjame entrar" fue despreciado olímpicamente por el Jurado del Festival de Sitges, según mi admirado Alex Gorina, que era miembro del jurado, porque los otros miembros del jurado lo odiaban a muerte. No entraré en comparación con el filme ganador porque no lo he visto, pero el filme sueco que nos ocupa sí que es una de las mejores muestras de cine vampírico de los últimos años. Y sobretodo gana en comparación con ese absurdo éxito que ha sido "Crepúsculo": si los que dan los Yoga le dieron el antipremio "Quantosolhace" a la estupidez del filme adolescente de gran éxito, este filme sueco le podrían haber puesto por oposición "Quantofríohace", dado lo antitéticos que son. Prodigiosa narración (un tanto lenta eso sí, a veces parece un filme de Bergman) y a la vez uno de los filmes más desagradables en cuanto a violencia y vísceras que se recuerdan (y eso que casi nunca los asesinatos están en primer plano), que culmina con una magistral escena en la piscina que probablemente entrará en los anales del cine de terror. Y en esa escena probablemente esté el pero principal de este excelente filme: después de algo tan potente no se puede acabar el filme con una escena tan sosa como la del tren (para eso haber cortado antes). Destacar la espléndida interpretación de su joven pareja protagonista. Una de las grandes sorpresas en lo que va de año.

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