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carlosmartinez

asalto al tren pelham 123

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Ante todo mi más sincero pésame a los familiares de los bomberos fallecidos estos días en dos incendios forestales. Ya que desgraciadamente la mayoría son obra de desaprensivos o de gente que hace imprudencias temerarias (ya sabéis: colillas tiradas en cualquier sitio, barbacoas mal apagadas, basura tirada de cualquier manera...), desear que esta gente entre en razón alguna vez. Los pirómanos nunca entrarán en razón, pero los guarros puede que sí.

   Me ha llamado la atención un tema relacionado con mi "querida" publicidad. No, no me refiero a la cerveza que patrocina el cine español. Hace dos o tres días ví un anuncio de zumos antioxidantes en televisión en que decían que si conocías a Viki el vikingo necesitabas tomar sus productos. Recomiendo al equipo que ha hecho el spot que se pase por las salas de cine, porque me temo que han metido la pata ligeramente: en algunas salas se anuncia una película alemana con actores reales sobre la célebre serie de animación. Evidentemente no se ha olvidado la serie (que se sigue emitiendo en algunos canales de satélite).

   Pasando a comentar la no demasiado afortunada semana de estrenos, empezaré por el desafortunado y soporífero "Asalto al tren Pelham 123". Remake de un olvidado filme del año 74 (dirigido por un todavía más olvidado director llamado Joseph Sargent, del que ignoro si sigue vivo, porque hace tiempo que no he oído nada de él), destroza las bondades del filme original, que tampoco era una maravilla, aunque sí muy entretenido, y en que destacaba su atípico reparto (Walter Mathau, Robert Shaw y Martin Balsam, destacando especialmente el último) y un divertido final con estornudo incluido. Precisamente, el principal problema del filme del cada vez más rutinario Tony Scott (que cuando acierta hace filmes bastante dignos como "Marea roja", pero que cuando la caga parece el padre de Michael Bay) es que se olvida de lo mejor del filme original. El reparto está lamentable, con un Denzel Washington en uno de sus peores papeles y un John Travolta pasadísimo de rosca. Y al convertir en muy secundario el papel de Martin Balsam se cargan el interés del personaje y se ven obligados a cambiar el final por uno mucho más flojo y soso. Las pocas escenas de acción tampoco están rodadas de manera brillantes, y lo único que se salva de la función es un divertido James Gandolfini como irónico sosias del ex alcalde de Nueva York Rudolph Giulani, pero es tan corta su actuación que poco puede hacer para salvar el filme. Justo fracaso comercial en USA.

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