brüno
Hablaba antes de Capa, y a otro nivel podría decir algo parecido de Borat y Brüno, los dos personajes y películas que han dado fama al cómico británico Sasha Baron Cohen. Es evidente que todas las situaciones de las dos películas están preparadas (por muy burros que sean los personajes criticados, no creo que en la película estrenada esta semana a alguien se le escapara que ese Brüno disfrazado guarda un gran parecido con Borat) y que Pamela Anderson debía estar en el ajo. "Borat" funcionó muy bien por la gracia de su personaje principal (una parodia con muy mala uva de Michael Moore) y de su compañero de desventuras Ken Davitian. Y el filme estrenado ahora, "Brüno", no funciona tan bien. Es más evidente todavía que las situaciones están preparadas y el filme se centra demasiado en la crítica a la homofobia a través de este gay nazi y admirador de Milli Vanilli (si quería provocar, ¿por qué no se atreve en Israel a sacar el lado nazi del personaje?) y no en otros aspectos del personaje como el nazismo y el culto al cuerpo y a la moda. Con todo, lo mejor de la película es su aspecto más guarrindongo: sus descacharrantes gags sexuales están a un paso de la película porno (esa bicicleta-consolador es impagable) y por puro disparate son muy divertidos. Y esto me lleva a una advertencia a los espectadores no avisados: tras constatar la presencia en la sala de varias familias con niños muy pequeños que no debían saber de qué iba el filme, advierto que es un filme para mayores de 18 años y que ésto debería constar bien claro en las taquillas: hay imágenes homosexuales muy explícitas, así como multitud de miembros masculinos verdaderos o falsos. Sasha Baron Cohen tiene mucha gracia, pero haría bien en cambiar el estilo de sus filmes, porque corre el peligro de encasillarse.
La semana que viene hablaremos del remake del filme de los años 70 "Pelham 123".
0 comentarios