una educación

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Antes de empezar con los estrenos, me gustaría hacer una recomendación que puede resultar delirante para los que no soportan el cine "antiguo", visitar la reinaugurada Fundació Tapies. La razón (ya que aquí hablo de temas de cine): admirar en su exposición la obra del que probablemente es el primer genio que dió la historia del cine, el francés Georges Meliès, sin duda uno de los más originales y singulares directores que ha dado el séptimo arte. Sus efectos especiales están evidentemente más que trasnochados, sus tramas son más que naifs y es más que políticamente incorrecto visto actualmente (ojo a "La conquista del polo": salen unas sufraguistas completamente delirantes y un español con sombrero mejicano, pañuelo de bandolero, traje casi de luces y pantalones de indio: impagable), pero tiene un gran poder de fascinación y de originalidad y son unos trabajos muy divertidos.

   Y pasando a comentar los filmes estrenados esta semana, y ya  que estamos en la semana de los Óscars (al final del todo haré mi quiniela), empezaré por el filme nominado "Una educación". No es ni mucho menos una obra maestra, pero sí una apreciable versión del clásico tema de "Pigmalión", aunque el final del filme se ve venir de lejos. Destaca por la ambientación de la Inglaterra de principios de los años 60 previa al estallido del pop que supusieron los Beatles (conviene recordar que "Qué grande es ser joven" es de aquella época y mostraba una Inglaterra simillar), y por las excelentes interpretaciones de todo su reparto, especialmente una deliciosa Carey Mulligan que debería ganar el Óscar, aunque no es ni mucho menos la favorita. Es un filme agradable y bien hecho, pero quizás los premios gordos le vengan un poco grandes.