airbender, el último guerrero

   Ante los últimos filmes de M. Night Shyamalan, uno no sabía si el hombre iba un poco despistado o si era como la burbuja inmobiliaria: cuando explotó, no había nada en el interior. Porque tras sorprender en "El sexto sentido" y "El protegido", "Señales" era muy discutible, "El bosque" tenía cosas interesantes pero se quedaba a medio camino, "La joven del agua" hacía aguas por todas partes y "El incidente" tenía escenas inquietantes pero un guión muy discutible y un casting desafortunado.

   Pero resulta que todo ésto se queda corto ante el desastre que es "Airbender, el último guerrero". Lo peor que puedo decir de ella es que hace añorar la versión que sufrimos hace un año de "Dragonball" (por lo menos aquel bodrio no engañaba a nadie). El guión no hay por donde cogerlo, en buena parte de la película resulta incomprensible, y cuando se puede entender apesta a refrito de otros filmes (a mí me recordó, entre otras, a "El pequeño buda" de Bertolucci, a "Eragon", a la serie "Kungfu", a la mencionada "Dragonball", a "La historia interminable", a "Harry Potter"... y paro porque alargo demasiado la cosa). Shyamalan se muestra completamente inepto en las escenas de acción y se equivoca completamente en el cásting: el chico protagonista no tiene el más mínimo carisma, y cuando se pone a luchar uno no sabe si es un luchador de artes marciales o el nieto de Chiquito de la Calzada (por los movimientos que hace),  y al protagonista de "Slumdog millionaire" y al actor Cliff Curtis no se los cree uno de malos ni ciego de vino.

   Y he dejado para el final lo peor del filme, su nefasta versión en 3D. Canta mucho que el filme no se rodó en el sistema, y constituye la mayor chapuza que he sufrido desde que se volvieron a poner de moda las gafas estereoscópicas en los cines (que, por cierto, ya que son inevitables para ver los filmes, las podían hacer más discretas; parecemos un gángster hortera de Los Soprano). Dan ganas de llamar al acomodador y de pedir la hoja de reclamaciones para mandársela a la distribuidora. El descalabro que es "Airbender" se perfila como el peor filme del verano, y si Shyamalan no cambia, el principio de su fin como director.