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carlosmartinez

editorial/el aprendiz de brujo

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Bueno, hoy es 11 de septiembre, fecha de infaustos recuerdos salvo en Cataluña (especialmente en EEUU y Chile). Y dichos recuerdos se han visto enturbiados este año por el tema del pastor americano y su previsible quema del Corán. No hace falta recordar que condeno toda clase de terrorismo, especialmente los terribles atentados de hace 9 años, y que condeno cualquier fanatismo, religioso o no, proceda de donde proceda. Pero también quiero comentar un par de cosas sobre la polémica. ¿Cómo es posible que se le pueda hacer caso y noticia mundial a un fanático religioso (no lo puedo calificar de otra manera) que tiene una parroquia de tan solo 50 creyentes? ¿Cómo se pueden llevar las manos a la cabeza por la construcción de una mezquita en un sitio donde ya existió una antes del atentado  (tengo entendido que antes de los atentados había una en una de las torres gemelas)? Deberíamos aprender la lección de los totalitarismos del siglo XX y no condenar a todo un pueblo por los pecados que hayan cometido una parte de ellos (ojo, lo mismo les digo a los árabes respecto a los americanos y a los judíos). Los terribles atentados fueron una salvajada, pero también es una salvajada y una falta de respeto la quema de un libro sagrado (bueno, quemar cualquier libro es una savajada) para millones de personas.

   Bueno, pasemos a comentar los estrenos de una semana no precisamente inspirada en los estrenos (malditos sean el final del verano y los festivales de cine de principios del otoño; hacen que nos lleguen todos los saldos hasta que pasan, ¿no los pueden repartir a lo largo del año?)

   Ante el estreno de "El aprendiz de brujo", tengo que volver a repetir lo que he dicho muchas veces ya: estoy hasta el gorro de Harry Potter, de sus imitadores, de los imitadores de los imitadores, de Nicolas Cage y sus peinados imposibles (¿cuánto tiempo hace que no estrena algo decente?, y no es por la deuda con la hacienda americana; el problema viene de lejos) y de los directores que no se les ocurre otra cosa que poner Nueva York patas arriba. Con todo, el filme estrenado esta semana no es de los peores del subgénero que podríamos llamar "Mamá, quiero ser brujo". Está correctamente dirigido, es entretenido y Cage no resulta  tan cargante como en sus últimos trabajos, aparte de tener dos estupendos villanos como Alfred Molina y Alice Krige (aunque ésta sale poco) y de tener un divertido homenaje al segmento de "Fantasía" en que dice que se inspira. Pero ello no es óbice para que uno esté hasta el gorro de estas películas que se parecen como gotas de agua (al fin y al cabo, son más o menos plagios de "El señor de los anillos" y "La guerra de las galaxias"), y parece que el odio se extiende, porque el filme ha sido un fracaso estrepitoso en USA. Espero que tras el fin de la saga de Harry Potter (que alguien me explique lo de hacer dos filmes para acabar) se acabe de una vez por todas la moda.

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