editorial/la red social

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine (David, como siempre gracias por tus comentarios, esta vez no tengo nada que añadir). Ante todo felicitar a los mineros rescatados de Chile. Pero ante el circo montado en su rescate (parecía "El gran carnaval" del maestro Billy Wilder), conviene recordar que hay miles de mineros que mueren en parecidas condiciones (sin ir más lejos estos días en China han muerto 20) y se les hace muy poco caso. Y no es éso, las malas condiciones de trabajo hay que denunciarlas se produzcan donde se produzcan y acabe el desastre como acabe.

   Pasando a los temas cinematográficos, destacar la muerte de un grande del cine español y la muerte hace unos días de un artesano del cine británico un tanto olvidado (tanto que la Wikipedia española ni refleja todavía su muerte ocurrida el día 5).

   Siempre, incluso en la profesión, parece un término peyorativo el hablar de actor secundario al referirse a un actor que no encabeza el cartel del filme, pero también me parecen  excesivos los circunloquios como actor de reparto o actor de carácter, propios de ese término tan odiado por mí de lo "políticamente correcto". Desde luego, se le diga como se le diga, el actor español Manuel Alexandre ha sido uno de los más grandes actores secundarios de nuestro cine, con grandes filmes con Berlanga, Bardem y Trueba, por ejemplo, y probablemente uno de los más grandes actores cómicos que ha dado el cine español. Lo echaremos de menos. Imposible destacar un filme de su amplia filmografía, quizás "Plácido" o "Calle mayor", pero en este caso admito opiniones para todos los gustos.

   Menos conocido es el director británico Roy Ward Baker. A pesar de dirigir una conocida versión del Titanic y de haber trabajado brevemente con Marilyn Monroe en Hollywood, se le recuerda por filmes, de la felizmente recuperada hace poco productora Hammer, considerados en su momento menores respecto a los de Terence Fisher, pero nada desdeñables: ahí están por ejemplo "El Doctor Jeckyll y su hermana Hyde" o "La leyenda de los siete vampiros de oro" (rebautizada en España con el ridículo título de "Kungfú y los siete vampiros de oro"). Descansen los dos en paz.

   Y pasemos a la película más destacada de la semana, "La red social". David Fincher es desde luego un director irregular capaz de acertar de pleno ("Seven", "Zodiac") o de cagarla a gusto ("Benjamin Button" y, a pesar de lo que digan sus fans, la fascista y absurda "El club de la lucha"). Afortunadamente "La red social" se incluye entre las primeras. Partiendo de un guión espléndido guión del gran Aaron Sorkin, analiza sin ningún tipo de simpatía hacia él a un tipo completamente asocial e inmisericorde que sin embargo dio lugar paradojicamente a la red de amigos en Internet más importante del mundo. Y lo hace con una narración no lineal (a veces cuesta un poco enterarse de en qué momento estamos de la historia, pero esto no es un pero ni mucho menos) contada a través de diversos puntos de vista en la línea del "Rashomon" de Kurosawa. También destacar el trabajo de su protagonista, el joven Jesse Eisenberg, y de dos secundarios que darán que hablar próximamente, el actor Andrew Garfield y la actriz Rodney Mara (la primera secuencia entre Eisenberg y élla es quizás la mejor del filme), que protagonizarán próximamente el nuevo Spiderman y el remake de "Millenium" respectivamente. Sin duda una de las grandes películas del año. Espero que Fincher no vuelva a las andadas, aunque corre el riesgo con ese remake de "Millenium" que se presume peligroso.