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carlosmartinez

127 horas

   Tras la visión del nuevo filme de Danny Boyle "127 horas", estoy cada vez más perplejo ante cierto sector de la crítica que va diciendo tranquilamente que Boyle cambia a cada película de estilo y que no es demasiado personal. Ya hace un par de años que comenté con el estreno de "Slumdog millionaire" que por un lado todos los filmes del director británico tienen un fuerte componente de cuento de hadas (o de pesadilla, que tampoco están demasiado lejos, como ha demostrado Disney) y que huyen como de la peste de tener una intención realista, con presencia en  todos de escenas oníricas o directamente alucinógenas. Y desde luego, Boyle es con Tarantino y Scorsese el director actual que hace un mejor uso del montaje y de la banda sonora.

   Pues bien, con el nuevo filme estamos en las mismas. Más de uno ha confundido la sucesión de pesadillas y alucinaciones del protagonista con flasbacks y recuerdos, cuando queda bastante clarito que su intención no es realista (salvo el caso de las dos chicas del principio, y aparecen en una grabación de video, no en un flashback) sino una pesadilla consecuencia de la situación del personaje, con un brazo destrozado y sin circulación por una roca por un lado, y por el otro sin comida y sin bebida y sometido a unas temperaturas extremas en pleno desierto. Con lo que es "normal" entre comillas que vea cuervos a la misma hora del día, que vea a sus padres en situaciones muy extrañas, que vea a niños y chicas que ni conoce y a Scoobydoos gigantes... Y esto está emparentado directamente con las alucinaciones por la droga de los protagonistas de "La playa" y de "Trainspotting".

   Y más me llama la atención que más de un crítico despache tranquilamente el filme comparándolo con la reciente "Enterrado" por tratar de personajes aislados en una situación límite, cuando el filme de Cortés partía de una situación kafkiana que nada tiene que ver con el punto de vista alucinógeno de "127 horas" (¿y por qué no la compararon con "Náufrago" o "Robinson Crusoe"?; ya puestos...). Boyle no es un director apto para todos los gustos (ni los estómagos, el final con lo del brazo, aunque no se ve demasiado cosa gracias al montaje, se las trae), pero es muy personal como he dicho, y en esta ocasión ha hecho un filme muy notable que se beneficia de la interpretación de un excelente James Franco, de un prodigioso montaje y de una excelente banda sonora que da perfectamente el tono de alucinación que requería el filme.

1 comentario

david campani raso -

estoy de acuerdo contigo, estamos ante una gran película,aunque las comparaciones con enterrado son inevitables, y a mi me gustó más enterrado que ésta.en todo caso estamos ante dos películas excelentes