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carlosmartinez

oscars

Tal como hice con los Goyas, escribo esta crónica de urgencia sobre la ceremonia de ayer de los Oscars.

No digáis que no avisé, que iba a cargar contra un posible triunfo de "El discurso del rey". Pues allá vamos. Pero empecemos venticuatro horas antes, que lo de los premios al cine "independiente" no tienen desperdicio. Así que el mejor filme "independiente" del año es Cisne negro, que está producido y distribuido por una major del calibre de 20th Century Fox. Y así que el mejor filme "Extranjero" es "El discurso del rey", filme producido por el muy "británico" y muy "independiente" Harvey Weinstein. Que acabe el cachondeo con el término independiente, por favor; independientes eran John Cassavettes, Paul Morrisey o hasta el mismísimo Ed Wood, lo demás está todo controlado por las majors desde hace tiempo, que llaman así directamente al cine extranjero o al cine de presupuesto relativamente bajo o de autores prestigiosos que hacen los  Weinstein y otras majors.

Y el sinvergüenza de Weinstein nos la ha vuelto a dar con queso, y muchos tan contentos. "El discurso del rey" tiene todos los defectos del cine de Weinstein cuando se empeña en ganar Oscar y algunos más: filmes apañaditos tirando a mediocres y lejos de las obras maestras, con buenos actores que den el pego, con directores con poca personalidad o ninguna, con personajes "importantes" e "históricos" que poco tienen que ver con el original. Además de eso, el filme ganador es la mayor hagiografía que he visto en años a un personaje (no me extraña que su hija, la actual Reina de Inglaterra saliera contenta de verlo; nada que ver con la acidez de Stephen Frears en "La reina"), que se nos representa como un santo varón con el único defectillo de ser tartamudo. Lo peor de la dirección (de chiste el premio) no es que sea de telefilme de sobremesa, es que encima utiliza trucos tan pasados de moda como las lentes de pez que quedan horrorosas en las pantallas de cine. ¿Que los actores están bien? De acuerdo, pero eso no basta para llevarse el premio gordo, y menos mal que no se lo llevó Alexandre Desplat por poner a toda marcha en el filme a Beethoven y Mozart. El señor Weinstein ya tiene un nuevo "muñeco" (frase de mi madre, no mía) que añadir a los muy inmerecidos de "El paciente inglés", "Shaesckepeare in love" y en menor medida "Chicago" (aceptable musical a pesar de que quien debió ganar era "El pianista"). Que le aproveche, pero que no nos haga confundirlo con buen cine, solo lo hace el productor cuando está Tarantino de por medio, pero este no vende en los Oscars.

Y en cuanto a la ceremonia, por favor, que cambien a los guionistas de inmediato. Ni siquiera el gran Billy Cristal pudo hacer nada con un guión sin chispa, soso (claro que qué esperábamos después de lo de Ricky Gervais en los Globos, el problema es que ya lleva varios años igual)y aburrido ante el que se vieron impotentes los presentadores. El único que se salvó fue un monstruo como es Kirk Douglas. La presencia de Celine Dion "homenajeando" a los desaparecidos, de juzgado de guardia (deberían prohibirle salir de Las Vegas por la salud de nuestros oidos), y el numerito final al más puro estilo "Viva la gente" o "We are the world", lo más cursi en años, la cara irónica del gran Randy Newman al final era todo un poema. El resto de premiados, justo, salvo la sobreactuación de Natalie Portman; al ritmo que va, Annette Bening lleva el camino de gente como Richard Burton, Peter O'Toole o Deborah Kerr, que fueron siempre increibles perdedores a los que pasaron por encima actores y actrices con menos méritos.

1 comentario

david campani raso -

bueno la verdad es que a mi megustó más la red social que el discurso del rey,en lo tocante a natalie portman me parece muy justo su premio,y pienso que su interpretación es mejor que la que hace annette bening en los chicos están bien, película que vi ayer.