pequeñas mentiras sin importancia

    Desde que el director Lawrence Kasdan dirigiera "Reencuentro" en 1983, han sido unas cuantas películas las que han tomado la idea de la reunión de amigos para hacer una película coral, y el tema se ha convertido casi en un subgénero, cuyos mejores exponentes son el filme ya dicho y "Los amigos de Peter".

   Ahora nos llega un nuevo filme del mismo estilo, el francés "Pequeñas mentiras sin importancia", que ha tenido un considerable éxito en su país de origen. Al contrario que sus antecesores, tiene un grave problema, su excesiva duración. Se hace muy duro aguantar durante dos horas y media una trama que no da para tanto, con unos personajes bastante previsibles y un desenlace que se huele desde el principio, y que destaca en lo negativo por lo lacrimógeno. Si no cae en un mayor desastre es por el excelente arranque y por la interpretación de todo su reparto, pero el filme es bastante flojito.