editorial

   Bienvenidos a mi blog de críticas de cine. Ante los patéticos hechos sucedidos el miércoles en el Parlament de Catalunya, tengo que decir unas cuantas cosas, y mis palos van en unas cuantas direcciones. Igual que dije que lo de la carga policial hace unas semanas en la Plaza Catalunya fue una completa barbaridad (todavía no entiendo cómo el señor Puig tiene la vergüenza de buscar justificaciones), este hecho jamás justifica las agresiones  e insultos que se produjeron hacia políticos elegidos democráticamente, y las actuaciones de unos impresentables han hecho mucho daño a un movimiento, el del 15 M, en general completamente pacifista. Por si no hubiese bastante leña en el fuego, solo ha faltado el señor Carod-Rovira, quien ayer meó fuera de tiesto (nunca mejor dicho en vista de sus palabras) diciendo que los indignados se fueran a mear a su país, España. Aclaro que me declaro completamente antinacionalista de cualquier tipo (incluyo a buena parte de los dirigentes de Madrid, eso es también ultranacionalismo) y que jamás he entendido cómo alguien puede utilizar como insulto una opinión o procedencia diferente, ni creo que un pueblo, región, pensamiento religioso o tendencia sexual está jamás por encima de otra. Por lo tanto, a Carod le doy mi habitual título de hijo de puta de la semana y a todo el resto (Puig e indignados violentos) les pido que no vuelvan a utilizar métodos violentos, se puede y se debe protestar y expresar opiniones de manera completamente pacífica y a la vez se debe respetar la opinión contraria.

   Por cierto, y hablando de blogs, no querría pasar por alto el tema del blog de la falsa activista siria gay, que luego se vio que estaba escrito por un periodista americano. Por un lado, hay que tener mucho cuidado con estos temas, creo que mentir aunque sea con buenas intenciones hace más mal que bien a una causa. Por otro lado, me sorprende que mucha gente se crea en demasía todo lo que sale en la red, cuando dicho blog era bastante sospechoso (que hubiese una foto y todo de la supuesta activista no se lo cree nadie). Por otro lado, en mi caso tranquilizaros por si alguien piensa lo contrario en mi caso, ni uso pseudónimo, ni soy un invento, y expreso las opiniones que me da la gana, en completa libertad, de manera pacífica e intentado respetar las opiniones contrarias.