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carlosmartinez

la prima cosa bella

   Antes de analizar el filme italiano La prima cosa bella, me gustaría comentar algo sobre el título. En muchas ocasiones se discute la opción que hacen los distribuidores de dejar los títulos originales de las películas en su idioma de proveniencia. Puede ser discutible que Bad teacher no se traduzca por Profesora mala (por poner un ejemplo reciente) o Cars por Coches, pero hay dos casos en que no hay otro remedio. Uno es cuando el título original es intraducible (a ver quien es el guapo que traduce Pulp fiction si la mayoría de gente no sabe que es un pulp, que viene a ser un tipo de novela americana que tiene correspondencia en nuestro país con las viejas novelas del Oeste del Coyote, Marcial Lafuente "Estefanía" y similares, obras de consumo rápido, generalmente de acción y en general de muy poca calidad y bajo precio, aunque hay excepciones en novela negra). Y otro es cuando el título se corresponde con una conocida obra, generalmente canción, que no se ha traducido en nuestro país. Es el caso por ejemplo de Across the universe (de la canción de los Beatles) o de esta La prima cosa bella, que toma su título de una conocida canción del gran cantante italiano Nicola di Bari, hubiese sido ridículo y absurdo traducirlo por la primera cosa bella.

   En cuanto al filme italiano, ha sido muy premiado en su país, y es bastante agradable de ver, pero probablemente está un poco sobrevalorado y se ha beneficiado del mal momento que atraviesa en las últimas décadas en general el cine italiano. Un filme correcto como este y con buenas interpretaciones no hubiese destacado en el cine clásico italiano donde historias como esta y mejores las había a patadas, y no solo entre los maestros reconocidos como Rossellini, de Sica, Fellini o Visconti, sino en los considerados por algunos artesanos como Dino Risi, Mario Monicelli o Luigi Comencini. El problema es que ahora hay mucha mediocridad en el cine italiano (ahora nos amenazan con la tercera entrega de la horrorosa Manuale d’amore), que los directores buenos como Nanni Moreti ya no estrenan en nuestro país (tiene que yo sepa por lo menos dos películas sin estreno en España) y que algunos que prometían como Roberto Begnini (por malo que sea, no creo que su Pinocho mereciese el ninguneo aquí, por lo menos algo de vida entre el público infantil habría tenido) o Paolo Sorrentino (Il divo estaba muy bien, pero las críticas hacia su último filme en Cannes con Sean Penn han sido demoledoras) acaban siendo flor de un día. La prima cosa bella es un filme que está bien, que entretiene y que se sigue con interés, pero poca cosa más, esperemos que alguna vez el cine italiano cambie y reverdezca viejos laureles.

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