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carlosmartinez

la voz dormida

   La voz dormida acentúa mucho más los defectos de Criadas y señoras, ya que los malos resultan igual de caricaturescos o más (Berta Ojea parece sacada literalmente de sus interpretaciones en los filmes de Mortadelo, y tampoco colabora que la llamen La zapatones) y carece del más mínimo sentido del humor, al menos voluntario (la supuesta escena dramática del niño Jesús acaba siendo ridícula por puro exceso). Creo que he dicho multitud de veces que odio lo que llamo películas de santos y mártires, con personajes muy buenos sin aristas y sin evolución (y que suelen acabar como acaban) y con malos de una pieza y sin coartadas ni humanización (en este caso el personaje de Ana Wagener es el único con un poco de credibilidad y de explicación de sus actos, no por ejemplo el patético de Antonio Dechent, con un peinado y un maquillaje de juzgado de guardia; además, el personaje del médico, testigo de las atrocidades de ambos bandos, debería haber dado más juego). Por las razones que expongo, ni puedo aplaudir ni quiero como han hecho la mayoría las interpretaciones de María León e Inma Cuesta, no me interesan un pito sus personajes, no evolucionan, ya sabes desde el minuto uno del filme cómo va a acabar el filme y lo único que intentan es provocar la lágrima más fácil. Y con todos esos defectos, lo que podría haber sido una buena aproximación a los primeros tiempos de la posguerra acaba siendo un melodramón  excesivo, lacrimógeno hasta el delirio y un panfleto de tomo y lomo, cosa que por lo que se dice no ocurría en la novela (que desconozco) y que deja al filme a años luz de Pa negre.

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