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carlosmartinez

criadas y señoras

   En la cartelera actual coinciden dos filmes con muchos puntos en común, su desarrollo en unos tiempos particularmente terribles, su tendencia a la lágrima fácil y su completo maniqueismo.

   El primero es el americano Criadas y señoras, falsamente vendido como una comedia, cuando es uno de los melodramones más lacrimógenos de los últimos años (el final se han pasado tres pueblos, especialmente con la niña más repelente que recuerdo desde los tiempos de Shirley Temple), y falsamente vendido como la sorpresa comercial en USA del verano, cuando está basado en un best-seller muy famoso en su país y además está producida por dos directores tan comerciales como Steven Spielberg y Chris Columbus, el director de Solo en casa y los dos primeros Harry Potter (encima de que su nombre suena como el descubridor de América, tiene el cachondeo de llamar a su productora 1492).

   Poco hay que destacar de un filme mediocre, previsible, repetitivo (le sobran minutos y flashbacks a las dos horas y media que dura) e irritante por momentos, con unos personajes villanos que resultan meras caricaturas y con unos buenos que son meros estereotipos, el del blanco bueno que quiere salvar al pobre negro sufridor. Solo salva el conjunto una estupenda Sissy Spacek que borda el único papel cómico de la función (lo de la tarta, mejor que no os lo cuente, tiene mucha gracia) y la historia entre Jessica Chastain y Olivia Spencer, la única historia que se sale del tópico. Lo demás es hastío y aburrimiento, quiere parecerse a Matar a un ruiseñor o Imitación a la vida y acaba por ser un vulgar telefilme de sobremesa con buenas interpretaciones del reparto. Lo grave es que ya empieza a sonar para los Oscars, claro que después de lo de El discurso del rey cualquier cosa es posible.

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