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carlosmartinez

un dios salvaje

   Tiene su cachondeo que el primer trabajo del magistral director franco-polaco Roman Polanski tras sus cuitas con la justicia suiza haya sido Un dios salvaje. Digo lo de cachondeo porque no se le ha ocurrido otra cosa tras permanecer en la cárcel que adaptar una obra de teatro que transcurre entre cuatro claustrofóbicas paredes, salvo un prólogo y un epílogo. Sin llegar a sus mejores trabajos, Polanski hace una muy buena adaptación de una estupenda obra de teatro con muy mala leche, donde muestra unos padres de unos críos que se han peleado que acaban siendo peores que sus hijos, y lo hace con cuatro actores en estado de gracia, una Kate Winslet desatada en vómitos e histeria, una Jodie Foster muy educada que acaba perdiendo las formas, un John C. Reilly con muy mala uva con los hámsters y un Christoph Waltz pegado a un móvil casi literalmente. Probablemente muchos le achacarán al filme su evidente origen teatral, pero a mí sinceramente me parece una virtud, si algo ya funciona muy bien es mejor no tocarlo. Más allá de lo que podamos pensar del personaje privado y de sus problemas con la justicia, Polanski es quizás el más grande de los directores en activo, espero que pueda seguir haciendo filmes durante mucho tiempo.

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